Bello y entrañable cuento del autor peruano Abraham Valdelomar.Iqueño de nacimiento, rápidamente destacó en los círculos literarios de la capital llegando a ser protagonista destacado de la bohemia limeña de principios del siglo XX.
Su famosa frase: "El Perú es Lima, Lima es el Jirón de la Unión, El Jirón de la Unión es el Palace Concert, El Palace Concert soy yo", refleja el ambiente soberbio de bohemia literaria que se concentraba en este antiguo café que quedaba en pleno centro de la capital.
Desaparecido muy joven a raíz de un absurdo accidente (se rodó unas escaleras), dejó su huella en la historia de las letras del Perú. El caballero Carmelo fue publicado en 1913, y sigue siendo su relato mas famoso. Narrado en primera persona, se basa en un recuerdo de su niñez.Cuenta la historia de una pelea entre dos gallos de lidia.
Su hermano Roberto llega a la casa paterna después de cinco años de viaje. Cargado de regalos para todos, a su padre le entregó un gallo de pelea, para recordar los antiguos tiempos.
Entusiasmado Don Anfiloquio (el padre de la familia) con el obsequio, llama a don Justo, su gallero para que cotejara el perfil del animal. El le dijo que el gallo era de raza y que lo iba a preparar para las peleas.
Luego de un mes de entrenamiento y preparación, "El Carmelo", que así fue nombrado, empezó a pelear y a ganar, a tal punto que ningún entrenador quería enfrentarlo con sus gallos porque se sabía perdedor.
Luego de tres años, los miembros de la familia crecían mientras que el Carmelo se envejecía. Cierta tarde el Padre de la familia da la noticia que le habían propuesto una pelea de gallos en lima. La familia se sorprendió de la decisión del padre y se opusieron. El padre llamo a Don Justo y empezaron a preparar al Carmelo.
Llegado el día de la pelea, El Carmelo es preparado a conciencia por su entrenador, adhiriendo a sus patas las navajas que había usado en sus peleas anteriores.
El retador era un joven y brioso gallo de nombre El Ajiseco, campeón de campeones, según su propietario.
La pelea fue intensa y los dos gallos dieron lo mejor de si mismos.
El Carmelo era lento pero más preciso en sus ataques, mientras que su rival atacaba en forma vehemente dada su juventud y fortaleza.
En uno de esos ataques, El Carmelo recibe un golpe directo de navaja que lo hace caer al suelo. Parecía que llegaba el final de sus días; pero ante la sorpresa de todos, desplegó sus alas y con un fuerte canto de fortaleza, se elevó sobre su rival clavándole las navajas en el cuerpo con lo que el Ajiseco, " enterró el pico en la arena."
Mal herido, El Carmelo fue llevado a la casa familiar donde le prodigaron los mejores cuidados para salvarle la vida.
No se veía que mejorara. Luego de 3 días de agonía, el gallo se levantó, agitó sus alas y dando un canto de gloria inolvidable, cayó muerto a los pies de su dueño.
En la casa de Don Anfiloquio, no se volvió a hablar de peleas de gallos.