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Estoy enganchado a la adaptación televisiva de Juego de Tronos, serie basada en las novelas de George R.R. Martin. Dos capítulos en Canal Plus (si, debo ser de los pocos que no los baja de internet, pero últimamente me da pereza dejar el ordenador encendido las 24 horas), han bastado para hacer de mi otro converso a una saga que ni en sueños imaginé tan impactante y llena de matices. Tengo una deuda con George R.R. Martin que saldaré en los largos días de verano con la lectura de las novelas publicadas hasta ahora. Mientras tanto, seguiré enganchado a la serie y disfrutaré con dos obras que veremos en nuestro país: El Caballero Errante y La Espada Leal (que tendría mejor traducción como La Espada Juramentada), precuelas de Juego de Tronos, el primer libro de la saga Canción de Hielo y Fuego. Ambas obras, en cómic y en nuestro país antes de las vacaciones estivales.
Debolsillo publica la primera parte de ellas, El Caballero Errante, este mismo mes. Aunque algunos tuvieron la suerte de comprarlo hace algunos años gracias a la edición de Devir, es ahora el momento en el que muchos disfrutaremos de una historia situada 100 años antes de Canción de Fuego y Hielo, en un tiempo en el que la dinastía Targaryen estaba en su esplendor. Ben Avery y Mike S. Miller, adaptan una historia de caballeros, escuderos, duelos y justas, donde una buena montura y un brazo fuerte sosteniendo una lanza pueden lanzarte a la gloria.
Para los neófitos como yo, El Caballero Errante es una forma de comenzar a entender desde una perspectiva mas alejadada de Canción de Hielo y Fuego, el mundo inventado por George R.R. Martin. Mezcla de fantasía heróica y época medieval, lo mejor está en lo que no vemos, ya que tenemos la sensación de estar en un mundo fantástico y alejado del conocido, pero en realidad nada hay de magia ni de seres fantásticos en, al menos, este cómic. Pero justamente es esa sensación de que estamos ante un universo mágico y distinto a nosotros es lo que le da vida y fuerza a la historia.
Lo mejor no está en las escenas de combates, sino en como los detalles nos meten en la historia; La fabricación de una cota de malla, los diálogos entre los personajes…todo va consiguiéndote meter en el mundo de Juego de Tronos. A fin de cuentas, es un universo nuevo donde todo está por descubrir, y te puedes encontrar imaginando las escenas leídas sin casi venir a cuento. Además, no solo Ben Avery consigue un guión mas que aceptable, sino que Mike S. Miller consigue llevar la historia de forma ágil con un trazo efectivo, donde destaca su trabajo en las armaduras y detalles de ambientación. No es un dibujante espectacular, pero con talento suficiente como para llevar el guión de la mano del dibujo y no que haya un desequilibrio.
Diría que es imprescindible para los seguidores de Juego de Tronos y de los amantes de los relatos medievales. Para el resto, una buena forma de disfrutar de una lectura.
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