Pues no, no estoy loca, ni se me ha ido la mano en los chupitos, cuando digo que el caballo de Cayetano Martínez de Irujo, está propuesto como candidato a los Premios Príncipe de Asturias de los Deportes, porque realmente quien tiene los méritos es el equino, por soportar, al jinete, que es más conocido por sus líos de faldas que por sus logros en el deporte, ya que si no fuera un Alba, en este país ni sabríamos de quien se habla.
Leyendo las hemerotecas (que bien hablo), me he encontrado con más noticias, sobre las novias, líos con sus jornaleros, en sus latifundios andaluces, las quejas de que le afecta la crisis, al igual que el resto de los españoles, etc., etc. que de logros deportivos , que no digo yo que no hubiera, que los hubo, pero fue en “illo tempore” (que para los que nos sabemos latín, significa, más o menos, en la Edad de Piedra) y ya nadie se acuerda, por eso y porque vive retirado del deporte, ya que quiere dedicarse a su Casa de Alba, ha sorprendido su candidatura y más cuando se iba a entrenar a Alemania, porque aquí no se sentía cómodo y apena, se sabía de él y su caballo.
Al enterarse de su candidatura, soltó una frase tan hermosa, que casi me salen flores en el culo, de la emoción, ya que textualmente dijo:
- Esta propuesta reconoce “mi buena trayectoria deportiva, ya que soy uno de los pocos jinetes que ha estado al borde de la medalla olímpica” (Barcelona 1992, quedó 4ª), aunque a lo mejor, lo que quería decir, “Me puse muy borde, porque me quedé cuarto, y borde sigo”
Así que ante tanto logro deportivo, que no digo yo que en sus tiempos los tuviera, creo que es más merecedor el caballo que él, pero es normal, que en caso se lo concedan, vaya a recoger, el galardón, Cayetano porque no sería de buen ver, que vaya el cuadrúpedo, ya que primero, no tiene manitas para saludar a las autoridades pertinentes y segundo que estaría fatal, que se cagase en el recinto del evento, porque ya se sabe que los caballos de protocolo no entiende.
El otro día en Sálvame, ante los “ataques” y falta de apoyo de sus compinches de trabajo, lanzaba la siguiente afirmación, Belén Esteban:
-¡Estoy pensando en dejarme el Sálvame!
En ese momento a la mayoría de los televidentes, se nos paró el corazón, ante semejante amenaza y nos quedamos “quietosparados”, porque por un momento vimos el cielo abierto, al pensar que la dueña y señora de Villa Potorro, se iba con la música a otra parte y seguro que el pensamiento de “Dios existe”, por unos momentos fue común, pero como suele decirse, “poco dura la alegría en la casa del pobre”, al medio minuto siguiente, después de limpiarse las lágrimas y los mocos, ya no estaba tan segura de su decisión.
Por Dios, Belén, que no tenemos el cuerpo para jotas, no amenaces, se valiente y vete, por tu salud mental y física y por la de mucha gente, que por desgracia, se cree que para ganarse la vida, hay que echar un polvo con un torero, tener una hija y luego vivir de los detalles más escabrosos, durante años y años, en un programa de televisión, despotricando, insultando, gesticulando y berreando como una barriobajera.
Parafraseando a algún político, yo le diría a: ¡Vayas Señora Esteban, pero váyase bien lejos!
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