El Cabrero: desmontando bulos

Publicado el 21 julio 2024 por Elcabrero @JoseELCABRERO

Hoy, alguien que sigo con interés en Facebook, Víctor Flamencowall, publica esta foto: una joya, por lo que significa Don Antonio Mairena para El Cabrero.

Sin embargo, el texto a pie de foto, firmado por Agustín Gómez, es pura ficción. Creía que lo habíamos aclarado bien en las RRSS pero ya se ve que no y han pasado 44 años. Sucede con las mentiras bien difundidas, y más si la fuente es una institución oficial: la gente las toma por verdades, pero no siempre lo son.

Este cuento chino fue publicado en un libro editado por el Ayuntamiento de Córdoba en 2006: nos quejamos y no respondieron. En 2016, volvieron a editarlo sin rectificar y El Cabrero devolvió sus dos Premios Nacionales, ya que el libro de eso trataba: «Los Concursos de Córdoba (1956-2006).

Puede que a alguien le interese saber qué sucedió. Lo aclaro sobre el texto del Sr. Gómez, que es más preciso.

«El Acto de Entrega de premios en el Alcázar terminaría a las dos de la madrugada y a las siete de la mañana ya teníamos a El Cabrero conduciendo sus cabras por una finca privada y provocando una reyerta con el guarda jurado«. (Fue cinco días después de los Premios; no era una finca privada sino pública, una vía pecuaria usurpada por la Mina; él no provocó una reyerta fue el guarda quien la provocó e intentó agredirlo a él.

«Lo dijeron los periódicos del día, al tiempo que publicaban los premios del Concurso cordobés». (Los premios se publicaron cuatro días antes de los hechos. Los medios, salvo el propio Agustín Gómez, difundieron la noticia con respeto y ateniéndose a los hechos).

«El Cabrero forcejeaba con el guardia y le arrebataba el arma. Como consecuencia, fue detenido y retenido en el “cuartelillo”. (No fue detenido; le arrebató el arma y fue voluntariamente a entregarla en el cuartel y a denunciar al guarda por intento de agresión y coacción. La Benemérita esperó la llegada del abogado de la Mina y el guarda. Les tomó antes declaración a ellos. José fue a poner una denuncia y salió denunciado.

Todo está en la sentencia absolutoria de 1981. Fue muy sonado, y Agustín Gómez conocía la sentencia porque me felicitó por el desenlace. ¿Por qué, entonces, seguir publicando el infundio hasta 2016 sabiendo que mentía?

De la falta de consideración hacia El Cabrero, por parte de la Concejalía de Cultura de Córdoba, mejor no hablar.