Llevo unos días leyendo por las redes sociales artículos relacionados con el típico cachete, azote, levantaculos, o como queráis llamarlo, que se dan a los niños. Estos artículos van en ocasiones acompañados de las opiniones de muchos padres y madres que están a favor de incluir estas prácticas en la educación de sus hijos. Lo más curioso es que todos, o casi todos alegan algo así como "a mi mis padres me educaron así, y no he salido tan mal".
Los azotes están tan arraigados a nuestra cultura como los toros, pero no por ello son buenos.
No soy partidaria en ningún caso del castigo físico. Primero porque no sirve para nada y segundo porque pegar a un niño es algo cruel, irrespetuoso. ¿Cómo se puede pegar a quien más quieres en este mundo?. Yo siempre pregunto lo mismo ¿pegas a tu pareja, a tus padres, a tus amigos?. Seguro que todos, en algún momento, hacen algo malo o indebido, pero no se nos ocurre irle a pegar un guantazo. Por el contrario con los niños, personitas en formación, sin capacidad para entender muchas cosas, y sin maldad, empleamos el temido cachete cada dos por tres.
Y lo peor de todo esto es que se emplean en situaciones que no tienen sentido. No justifico, como digo, en ningún caso un azote. Pero hace unos días vi a unos vecinos hacer algo que me dejó perpleja. La madre llevaba a su hijo de 21 meses en brazos, y éste iba jugueteando con su padre, que iba al lado. De repente el niño (debió emocionarse o simplemente probar) le dió un puñetazo en la cara. El padre se enfadó y le repetía una y otra vez "no, eso no se hace, no, no". Pero el pequeño no hacía caso. Sonreía y seguía dando a su papá. A mi me pareció que el nene lo tomaba como un juego, una criatura de esa edad dudo mucho que pretendiera hacer daño o similar. Y qué hizo su madre, arrearle un azote diciendo "eso no se hace".
Vamos a ver, tu le dices a tu hijo "no se pega" y qué haces tu para evitar ese comportamiento, ¡¡pegarle!!. ¿Cómo pretendemos que ese niño comprenda el mensaje que le quieren transmitir?, es una contradicción.
Pero esta conducta no es la primera vez que la veo, por desgracia tampoco será la última. Los niños aprenden muchas cosas por imitación, nuestra conducta como padres es muy importante, creo que eso a veces se nos olvida.
No es raro ver en los parques a niños que quitan un juguete a otro, o sueltan la mano (lo cual tampoco es aberrante, forma parte de su desarrollo). Lo malo es ver a padres como les apartan para darles las cachetadas correspondientes. ¿Y el diálogo?, ¿y la explicación?. ¿No es mejor intentar hablar con nuestros hijos y hacerles entender que su comportamiento no es correcto, explicarle las consecuencias?.
Qué harán entonces esos niños. Aprenden que para solucinar un conflicto se pega. ¿Con qué autoridad esos padres les dicen "no se pega"?, ¡¡si ellos lo están haciendo!!. Nuestros hijos imitan nuestras conductas, nuestras acciones, no lo olvidemos.
Queda mucho trabajo por hacer, muchas ideas por cambiar, y sinceramente me parece difícil porque como digo, el azote lo tenemos grabado a fuego en nuestra cultura.