El cactus del monitor

Por Ecohabitatge

¿Recordáis aquellos tiempos en los que para protegernos de las radiaciones del aparato más avanzado tecnológicamente que teníamos en casa, aquel monitor de tubo, nos aconsejaban colocar un cactus junto a él? Según quiénes nos lo aconsejaban, el cactus tenía la propiedad de absorber los rayos catódicos haciéndonos inmunes. Por si queréis investigar acerca de la veracidad de esta leyenda os dejamos este enlace.

Es evidente que los tiempos han cambiado, o mejor dicho han evolucionado a pasos agigantados invadiendo nuestros hogares de innumerables aparatos tecnológicos desde portátiles, teléfonos inalámbricos, móviles, tabletas, sistema wifi, horno microondas, etc. Os invitamos a dedicar 1 minuto a contar todos los aparatos tecnológicos que tenéis en casa. Pues bien, todos estos aparatos irradian algo invisible, incoloro e inodoro que son las radiaciones electromagnéticas y que afectan de manera diaria a nuestra salud y, según varios estudios, no precisamente de manera positiva.

Hace poco llegó a nuestras manos el libro “La buena onda” de Pere León, arquitecto especialista en el campo de la geobiología, y que profundiza en estos aspectos tan interesantes como desconocidos para nosotros. Puede parecer algo incluso místico al estar relacionado con algo tan poco palpable como flujos de energías pero en el libro encontraréis menciones del autor a estudios realizados que demuestran que es algo más científico de lo que parece.

Hemos hecho referencia a la cantidad de aparatos que nos rodean las 24 horas del día de los que parece difícil huir ya que facilitan nuestra vida, tanto a nivel profesional como personal. De hecho, son ejemplos claros del avance continuo hacia un mundo sin límites ni distancias.

Pero también debemos ser conscientes de los efectos que a largo plazo podemos padecer si no aprendemos a convivir con ellos y marcando algunas limitaciones. Algunas de las pautas que se aconsejan para minimizar sus efectos son limitar su uso en niños, desconectarlos durante la noche, situarlos lejos o fuera de las zonas de descanso, no utilizarlos mientras están recargando la batería, etc.

Nos hemos centrado en el interior del hogar y/o áreas de trabajo pero también existen elementos externos que nos afectan como son las antenas de telefonía móvil, las cuales ya han sido protagonistas en varios medios de comunicación por estar ligados a la aparición de cáncer en quienes vivían cerca. Entramos en un tema delicado cuando hablamos de enfermedades tan graves como el cáncer y que desgraciadamente vemos como van en aumento los casos de gente afectada. En el libro que os mencionamos también se hace referencia a diversos estudios que demuestran la relación directa entre  una exposición constante a ondas electromagnéticas y la baja recuperación celular de nuestro organismo que puede dar lugar a ello. Por lo que no son temas banales que debamos ignorar y al igual que hacemos con otros aspectos de la vida, debemos conocerlos y saber cómo actuar para minimizar sus efectos.

Las afectaciones sobre nuestro organismo pueden derivar también de fuentes naturales como fallas, corrientes subterráneas de agua o las líneas Hartmann y Curry  que al coincidir con nuestra zona de descanso pueden afectar a nuestro descanso y, a largo plazo, a estado de salud. Según los expertos, éstas son más perjudiciales que las fuentes artificiales, que en un primer momento producen cansancio o insomnio que provoca una disminución de nuestras defensas y, a la larga, dar lugar a enfermedades más graves.

Debido a que los factores naturales son imposibles de corregir, para resolver estas “incomodidades” el autor propone realizar un estudio pormenorizado del caso y realizar apantallamientos de las zonas afectadas (barreras artificiales) o redistribuir el mobiliario de la habitación. Esto último no siempre es sencillo debido a la rigidez y pequeñas dimensiones de las estancias hoy en día, las cuales no dan mucho margen a la hora de reubicar una cama. Lo que puede dar lugar a reformas que representan una inversión económica no  prevista.

Con la biogeología aparecen nuevos conceptos como contaminación electromagnética (electrosmog/e-smog), enfermedades como la electrosensibilidad, espacios bióticos (aptos para la vida), etc. que hasta ahora eran totalmente desconocidos para nosotros.  Desde Ecohabitatge siempre hemos defendido la idea de que todas las prestaciones de un proyecto deben decidirse durante la fase de diseño, desde el inicio. Desde la facultad de arquitectura y, ahora con el resurgimiento de la arquitectura bioclimática, siempre hemos sabido que factores como el emplazamiento, situación, orientación, materiales ecológicos, correcta distribución de espacios, instalaciones eficientes, etc. pueden mejorar mucho la arquitectura final pero existen también estos factores “invisibles” de los que hemos hablado de los que no somos todavía conscientes y que también pueden afectar a la vida diaria de nuestros clientes. Por esta razón, deberemos incorporar estos nuevos parámetros en nuestra lista de exigencias del proyecto.

Al igual que recientemente se aprobó el decreto para el cumplimiento del nuevo requerimiento de eficiencia energética en la edificación, quizás antes de lo esperado pueda suceder lo mismo con la ciencia de la biogeología y como profesionales, debamos dar cumplimiento. Sin embargo, no es necesaria la existencia de dicha normativa para informarnos, divulgar y crear una arquitectura acorde a sus exigencias.

Para finalizar, se nos ocurren algunas preguntas que nos ayuden a pensar y reflexionar sobre el tema:

Creéis que hay alguna escapatoria a este tipo de contaminación para los que vivimos en ciudades o espacios urbanos tan densos? Podemos adoptar algunas medidas en casa, pero sería necesario algún tipo de regulación?

Hasta qué punto la contaminación electromagnética es una consecuencia de lo que denominamos Smart Cities? Podría ser éste el gran talón de Aquiles de este modelo de ciudad sostenible e inteligente?

Creéis que para las nuevas generaciones de la era digital, aprender a convivir con este tipo de entorno y aprender a protegernos del mismo será una cuestión de educación como lo es hoy en día la conciencia ecológica y el reciclaje, por dar algunos ejemplos?