El Café, ¿Amenaza para el orden público? (II)

Por Uriel

En la entrada pasada comentábamos como, al llegar al gobierno de Egipto, el emir Khair Bey, intentaba, con poco éxito, prohibir el café en dicho Estado. Hoy volvemos con otras prohibiciones, en este caso, todas Europeas.

Frutos del cafeto (Coffea arabica) madurando.

El café llegó a Europa alrededor del año 1600, gracias a los mercaderes venecianos. Las primeras controversias que levanto el café en el conocido como “El Viejo Continente” se dieron en los ámbitos religiosos.

En primer lugar, poco luego de su llegada tuvo problemas con la iglesia católica. A finales del siglo XVII, algunos sacerdotes católicos trataron de convencer al Papa Clemente VIII de que prohibiera el café, ya que lo consideraban el “Brebaje de Satanás”; todos, o muchos de ellos, lo veían con un posible sustituto del vino, el cual, en su opinión, había sido santificado por el mismísimo Cristo.

El tema era complicado, puesto que, por aquel entonces, el café se había vuelto muy común entre los italianos, por lo que el Papa no quiso tomar una medida a la ligera. Es por esto que decidió primero probar la bebida que causaba tanta jaleo entre el clero. Así lo hizo y lo que sucedería puede decirse que fue un tanto inesperado, al menos para los clérigos. Al terminar su taza, y antes de pronunciarse, suspiro y dijo:

“Considero que es pecado que los descreídos no disfruten de una bebida tan deliciosa; ¡Venzamos a Satanás impartiéndole la bendición, y convirtamos a esta bebida en algo verdaderamente cristiano!. Así fue que, para resolver el dilema religioso, bautizó simbólicamente el brebaje, haciéndolo así aceptable para los católicos, y zanjando la cuestión de su perversidad diabólica.”

Café en Palestina hacia 1900. Tarjeta estereoscópica de Keystone View Company.

Por otro lado, el café resulto especialmente reprobado también por los sectores protestantes, aunque no produciría reacciones tan ásperas como el tabaco (pero ese es otro tema). Ya en 1611 algunos terratenientes alemanes pusieron en marcha el sistema de prohibir su difusión. El sistema tuvo éxito, y las medidas se mantuvieron durante al menos un siglo en el norte y este de Alemania. Más tarde, Federico II de Prusia despenalizaría su uso, pero no sin someterlo al pago de un fuerte impuesto.

Así, el malestar frente al café prosiguió en el norte de Europa hasta bien entrado el siglo XIX.

Pero si un caso debe de ser llamada a la atención es el de Rusia, donde el café estuvo prohibido incluso con penas de tortura y mutilación. Ni mencionas que cuando la policía zarista encontraba a alguna persona presa de una crisis nerviosa, se lo atribuía al café.

Fuentes: Wikipedia: Articulo del Café.