Seguramente muchos ya lo sabréis, pero, por si eres nuevo por estos lares, te diré que mi Caganer Hipster, aunque se pase el día encerrado en el baño ¡¡¡sabe mucho!!! Como te lo cuento, tú. Y, a veces, le da por educar al soberano, es decir, se pone a explicar conceptos que carecen de nomenclatura para que todos estemos preparados para la vida. Y aquí le tienes, dispuesto una vez más con la intención de enseñarnos a llamar a las cosas por su nombre. Hoy: La Burbuja de los Malitos.
Nadie sabe de dónde salen, pero todos conocemos alguno, y cuando digo alguno, digo unos pocos, varios o incluso ¡muchos!, ¡muchísimos! Suelen estar relacionados con el mundo de la comunicación, el marketing, las redes sociales, etc. No tienen ni idea. Todo de lo que te hablan son conceptos de parvulitos, del P3, del jardín de infancia, el kinder o como quieras llamarle. Sin embargo, ahí les tienes: subidos a escenarios, dando charlas, conferencias, ponencias y seminarios.
Pero, si sus conocimientos son más bien escasos, ¿¡quién va a escucharlos!?, te estarás preguntando con más razón que un santo. Pues bien, suelen rodearse de gente que les dora la píldora hasta decir basta. Ellos intentan responder queriendo aparentar una falsa modestia de la que carecen. Por tanto, canta la traviata más que un sobaco en el metro, que están fritos porque les suelten cualquier tipo de halagos. Y, si no lo haces, te miran con rayitos en los ojos.
En el fondo, imagino (o más bien espero), han de saber que son unos lerdos y que no tienen ni puta idea de nada. Peeeeeero claro, el factor de adoctrinamiento que ejercen para con el público de becerros que les escuchan, les ha funcionado muy bien. Por eso, parece que hasta ellos mismos se creen las mentiras con las que han convencido a sus lobotomizados secuaces. Secuaces que, a su vez, acaban convirtiéndose en uno de ellos, pasando por un proceso de retroalimentación mutua, que asusta y mucho.
Son como una plaga. Bueno, no, más bien se parecen a una bandada de pájaros. Sí, una bandada de esas en las que vuelan siempre juntos. Se dirigen todos al mismo lado y, cuando uno cambia de sentido, todos le aclaman con un estupor y un pasmo que ni los Teletubbies con el sol-bebé ese (que por cierto, qué miedo daba el jodido). Y, mientras este movimiento de masas se produce cual fenómeno increíble de la naturaleza, tu cabeza se transforma en una interrogación gigante y en tu cerebro sólo hay tres letras: WTF?!
Es decir, tú que llevas años trabajando en el asunto, que te preocupas por informarte de las cuestiones relacionadas con tu profesión, que has comprobado que las personas que han impartido los cursos a los que has asistido son verdaderos profesionales como la copa de un pino y que saben de lo que hablan, ¡TÚ! te sientes culpable y, hasta algo mal, si alguien habla súper bien de ti diciendo que eres un crack de lo tuyo. Y, éstos, sin embargo, se recomiendan los unos a los otros como si les dieran puntos por ello y al tener diez consiguieran un apartamento en Torrevieja, Alicante. Ajam, todo es muy ajam.
Por eso, cuando hace unos días, hablando de esta incompetencia que raya lo absurdo con @Laualm y @JavierCerezo, @RafaelAnsan soltó este concepto, mi Caganer Hipster no dudó ni un momento en apuntarlo como una de las grandes verdades. Porque si tú también sabes a qué tipo de personas nos referimos y a ti también se te ha venido alguna a la mente, no hay duda, ni escapatoria posible, estamos delante de LA BURBUJA DE LOS MALITOS.