EL CALLEJÓN DE LOS MILAGROS. Naguib Mahfuz.

Publicado el 05 abril 2016 por Beatriz68
El premio Nobel egipcio Naguib Mahfuz escribe esta deliciosa novela en 1947. Es una novela esencialmente circular, con un narrador omnisciente que todo lo sabe, historias entrecruzadas y , en ocasiones, con doble lectura.
La novela empieza con el atardecer en el callejón Midaq, y acaba con el amanecer en dicho callejón.
Aunque el callejón está totalmente aislado del bullicio exterior, tiene una vida propia, cuyas raíces conectan, básica y fundamentalmente, con un mundo profundo del que guarda secretos muy antiguos.
Se anunciaba la puesta de sol, envolviendo el callejón de Midaq en un velo de sombras...Los ruidos del día se habían apagado y comenzaban a oírse los del atardecer.
Una vez que nos describe ese callejón y ese atardecer con bellas palabras, nos muestra a los distintos personajes que viven allí. Personajes, por cierto, de lo más pintoresco. Una mejores,otros peores, pero todos con un punto en común: la imposibilidad de salir de la pobreza y por tanto de abandonar el callejón ni cambiar de vida.
Ls personajes principales, aunque de todos se ocupa y de todos podemos seguir su trayectoria, son Abbas, uno de los "buenos", y Hamida, una joven hermosa y pasional.
La acción se desarrolla durante la Segunda Guerra Mundial . Algunos jóvenes encuentran entonces el momento adecuado para salir del callejón trabajando con los soldados ingleses. Cuando vuelven, llevan consigo algo de esa sociedad moderna , produciéndose el inevitable choque con la sociedad tradicional.
También refleja la diferencia entre cómo viven las jóvenes judias y las musulmanas. Estas están mucho más limitadas, no pueden trabajar, y su única salida es el matrimonio.
Nos habla del paso de la vida, de cómo un solo gesto nuestro puede hacerl que cambie radicalmente para siempre. De cómo buenas personas, cualquiera de nosotros, en un momento dado pudren sacar el "monstruo" que llevamos dentro en unas determinadas circunstancias.
En estas páginas suceden muchas cosas a nuestros personajes, pero al final vuelve a amanecer en el callejón, y nuevas vidas e ilusiones vuelven a formar parte de él. La vida sigue...
 
Pero aquella burbuja, como las otras, acabó también reventando y el callejón de Midaq cayó de nuevo en el olvido y la indiferencia. En él se lloraba por la mañana, si había algún motivo, y se reía ruidosamente por la noche...




 
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