El calostro: ¿Qué es? Dudas habituales

Por Patricia Patricia Manzano Gómez @lavidaentrebibe

Tan pronto como una mujer se queda embarazada, comenzará a ver y sentir un cambio en sus senos y notará como su cuerpo comienza a prepararse para el parto. Por lo general, a finales del primer trimestre o principios del segundo , la futura mamá comienza a experimentar pérdida de calostro.

El calostro es una forma de leche que se secreta de los pezones, y que es producida por las glándulas mamarias.

Su formación se inicia en el embarazo temprano, alrededor de la 12-14 semana de gestación.

Muchas mujeres experimentan pérdidas de calostro en el periodo de gestación, especialmente durante la excitación sexual y masajes de mama. Otras embarazadas, incluso manifiestan haber experimentado fugas de calostro cuando oyen llorar a un bebé.

Al comienzo del embarazo, el calostro es espeso y presenta color amarillento, cuando se acerca el nacimiento del niño, se convierte en casi incoloro.

¿Por qué es importante la ingesta del calostro para los bebés?

El calostro durante el embarazo tiene muchas cualidades que son útiles para el recién nacido. Es rico en anticuerpos, proteínas, vitamina A, cloruro de sodio, y contiene una menor cantidad de hidratos de carbono, grasas y potasio que la leche normal. Esto es muy importante para el sistema digestivo del bebé, que es muy sensible.

Esta sustancia natural, se encuentra llena de anticuerpos y protege al recién nacido de las infecciones mediante la formación de un escudo alrededor de su intestino y por lo tanto, lo defiende ante posibles ataques de virus y bacterias.

Otro beneficio del calostro, es su capacidad para provocar un efecto laxante, ayudando al recién nacido a expulsar el meconio (hez verdosa negra), reduciendo así las posibilidades de ictericia (color amarillento de la piel).

Estas serían las razones por las que se recomienda la lactancia materna temprana a las madres.

¿Qué ocurre si no se produce calostro durante el embarazo?

No es necesario preocuparse si no se produce calostro durante la gestación, ya que éste puede producirse una vez que se ha dado a luz.

En algunos casos, las mujeres no experimentan secreción de calostro tras el alumbramiento, aunque normalmente pueden producir leche para el recién nacido sin ningún problema. La cantidad de producción de calostro durante el embarazo no tiene ninguna relación con la producción de leche después del parto.

¿Cómo paliar las fugas de calostro durante el embarazo?

A pesar de que no hay nada que pueda hacerse para detener las fugas de calostro, conviene adquirir almohadillas para controlar el problema. Existen distintos tipos de protectores mamarios, como los desechables o lavables. El uso de estos elementos dentro de un sostén de apoyo puede reducir el malestar que se siente en los senos, así como evitar momentos embarazosos de pérdidas de calostro.

Otra recomendación frecuente es secar al aire los senos. El aire proporciona un bloqueo natural de las glándulas mamarias que no detiene la pérdida de calostro por completo, pero ralentiza la cantidad de secreción. Conviene realizarlo después de una ducha que ofrece abundante humedad en los pezones que normalmente presentan sequedad en este periodo.