Si el juez dicta el sobreseimiento, ¿quién resarcirá ahora al inocente acusado del enorme e injusto calvario de seis años? Por suerte, no han podido destruirlo; un hombre del fútbol de los pies a la cabeza. ¿Se imaginan que el juez, por alarma social o riesgo de fuga, hubiera dictado prisión preventiva? Hoy, Meana sería un hombre muerto. Un imputado inocente y muerto.
Usar la justicia para fines políticos o periodísticos resulta rentable en España, al menos a corto plazo. ¿Quién pedirá ahora cuentas al manipulador político que alentó la mentira? Debemos perseguir a los verdaderos delincuentes, a los que instigan estas sucias maniobras y a quienes las jalean. Son la basura de nuestra democracia. Ellos deben vivir entre rejas.
Esto lo escribe el señor de la foto, que a algunos hay que explicarle bien las cosas no vaya a ser que...