Perseguida por su partido y por los socialistas, "compañeros" de Ciudadanos en Andalucía, la diputada Mari Carmen Prieto está sufriendo un calvario y representa el más claro ejemplo del lo que puede ocurrirle en Andalucía a quien se atreva a oponerse al poder político socialista dominante y a sus cómplices de Ciudadanos.
Sometida a una gran humillación por todos los grupos parlamentarios, le han privado de despacho para trabajar y anda por los pasillos del Parlamento teniendo como oficina móvil un banco de madera o la cafetería. Prieto ha sido muy crítica con el pacto de Socialistas y Ciudadanos en Andalucía y se ha enfrentado a su grupo. La consecuencia ha sido la expulsión, con la complicidad del PSOE.
He hablado con ella para preguntarle qué recibe Ciudadanos a cambio de su crucial apoyo a Susana Díaz, un apoyo que le cuesta miles de votos a la formación naranja y que le hace perder prestigio y credibilidad a chorros. Ella responde que ese es el secreto mejor guardado de su formación y que deben conocerlo muy pocos, además de Albert Rivera y Juan Marín, el líder de Ciudadanos en Andalucía. Asegura que el "pago", a juzgar por el enorme coste de la "alianza", debe ser muy elevado.
Miri Carmen Prieto está de acuerdo en que la falsa democracia andaluza es tan oscura y maloliente como un pozo ciego y está dispuesta a luchar por cambiar las cosas desde su puesto, aunque advierte que le han recortado sustancialmente sus poderes como parlamentaria elegida por los ciudadanos.
Asegura que pide cuentas constantemente, que sobre todo exige las subvenciones que ha recibido y recibe su antiguo grupo, pero que siempre se la niegan. Sus amigos y partidarios, que crecen cada día más y la consideran una heroína, están pidiendo también esas cuentas, a título personal, para apoyarla, pero la Junta también se las niega y sólo les deja abierto el camino de lo Contencioso Administrativo, una ruta legal en la que la Junta suele ganar siempre porque paga a sus legiones de abogados con fondos públicos, mientras que los ciudadanos tienen que afrontar los costes enormes de los procesos con sus propios fondos.
Una de las banderas que Mari Carmen Prieto ha alzado, tras darse cuenta de que es un tema que preocupa e indigna a cientos de miles de andaluces, es el del rechazo al Impuesto de Sucesiones y Donaciones, que la Junta ha impuesto sin clemencia en su grado máximo, de manera injusta, anticonstitucional y cruel, haciendo que un heredero andaluz pague por heredar cien veces mñás que uno de Madrid y mil veces más que un canario.
Pero hay otras banderas que, desde la soledad, la diputada defenestrada defiende: la transparencia, la democracia auténtica, la lucha contra la corrupción y la erradicación de lo que ella llama "métodos mafiosos", que incluyen el usa constante de la mentira y del engaño en las actuaciones políticas.
Francisco Rubiales