Título: El camino blanco
Autor: John Connolly
Año: 2002
Edición: Tusquets, Barcelona 2006
"-... Y también vi a los otros -prosiguió-. Vi figuras que se movían entre ellos, figuras de mujeres y de niñas, de jóvenes y de ancianos, y figuras de hombres con sogas alrededor del cuello y con balazos en el cuerpo. Vi a los soldados y a los jinetes de la noche, y a mujeres vestidas con trajes muy hermosos. Los vi a todos, señor, a los vivos y a los muertos, todos juntos por el Camino Blanco. Creemos que se han ido, pero aún esperan. Todo el tiempo están a nuestro lado, y no descansan hasta que se hace justicia. Señor, ese es el Camino Blanco. Es el lugar donde se hace justicia, donde los vivos y los muertos caminan juntos (...). -Aún no lo conoce -susurró-, pero usted camina ahora por el Camino Blanco, y será mejor que no se salga de él, porque las cosas que le esperan a uno en el bosque [Congaree, escenario de parte de la novela] son mucho peores de lo que pueda imaginar" (Tereus a Parker, p. 226). Te pongo este trocito como primer párrafo porque no me atrevo a contar nada de la trama. Connolly vuelve a mezclar historias del pasado, seres siniestros, toques sobrenaturales, el sur de EE.UU. El libro conecta con el anterior, Perfil asesino, algo que te hace pensar que los libros protagonizados por el detective Parker componen una historia y que su autor quiere llevarnos a algún sitio que prefiero no imaginar.
Este nuevo episodio de la serie me ha gustado mucho, tanto que llevo días aguantando la tentación de pillar el siguiente (lo tiene un amigo). Sin embargo, aguanto y aguantaré, porque he comprobado que cuanto más distancio los libros de Connolly más los disfruto.
Bienvenido/a, M.