El camino del corazón
Prácticamente todas las semanas me debato, al menos una vez, entre seguir el camino que se supone que me llevará más rápidamente donde quiero ir o seguir mi camino, aunque éste parezca ser menos adecuado.
Hoy quiero celebrar que un año más, semana a semana, estoy eligiendo ¡¡mi camino!!
Un camino que quizás no sea el que me haga brillar más, o el más cómodo o seguro, pero que cada vez que le digo SI me lleno de ilusión, pasión y ganas de seguir. Y eso es todo lo que necesito para continuar.
Ahora bien, ¿cómo podemos distinguir nuestro camino de los muchos otros que se nos presentan?
Pues, ¡ESCUCHANDO A NUESTRO CORAZÓN!
El corazón, además de asegurarse de que llegan nutrientes a todas las células de nuestro cuerpo bombeando sangre oxigenada, resulta que cuenta con su propia inteligencia y sabiduría.
Desde hace casi 3 décadas se han ido descubriendo nuevos aspectos sobre el órgano del corazón que nos muestran que, en realidad, el corazón es un pequeño cerebro:
– Compuesto en su gran mayoría por células nerviosas iguales a las del cerebro, que mantienen contacto directo con el resto del cuerpo a través de fibras nerviosas que conectan con el sistema nervioso central y autónomo, así como por medio de sus numerosos receptores a hormonas y neurotransmisores.
– Que produce energía eléctrica en cada latido creando un campo electromagnético 5.000 veces más intenso que el del cerebro. Este campo magnético, además, cambia en función de nuestras emociones y puede volverse caótico cuando estamos estresados, enfadados, frustrados o cuando sentimos miedo. Y en cambio, se muestra ordenado y coherente cuando experimentamos emociones positivas como la gratitud, el perdón, la compasión o el amor.
Además, se ha comprobado que el ritmo cardiaco normal favorece las funciones de la corteza cerebral y, en particular, la claridad mental y la creatividad. Y es posible que este efecto nos lleve a tener la sensación de que el origen de nuestras emociones emana más del corazón que del cerebro.
Estos son los datos que la ciencia aporta y que apoyan antiguas creencias de que es el corazón, y no el cerebro, el depositario de nuestra inteligencia emocional.
Y de ahí que escuchar y acceder a la sabiduría de nuestro corazón nos ayude a vislumbrar nuestro camino. Una y otra vez.
“El corazón tiene razones que la razón no entiende”
Blaise Pascal
El lenguaje del corazón es un lenguaje muy particular que nos dice SÍ despertando ilusión, alegría, plenitud o serenidad al mirar hacia un camino en particular, y nos indica NO con desgana, desilusión y apatía. Su SÍ viene con energía para avanzar y su NO llega con falta de energía y desmotivación.
Claro, que una vez que hemos recordado la sabiduría y el lenguaje del corazón, y lo hemos escuchado, el siguiente paso es despertar el coraje, “echar el corazón por delante” y elegir el camino del corazón. Y es en este momento donde a veces ocurre que nuestra razón interviene con otra propuesta y, o bien nos convence de caminar hacia otro lado, o bien alimenta el miedo y la duda hasta tal punto que nos quedamos atascados donde estamos.
El camino del corazón no siempre es el más razonable, exitoso o seguro, pero si el que nos hace sentirnos libres, plenos y llena nuestra vida de sentido.
Nadie mejor que nuestro corazón para indicarnos por donde avanzar o continuar!!
“Lo esencial es invisible a los ojos; sólo se ve bien con el corazón”
Principito – Antoine de Saint-Exupery