- Claridad en tus metas. Saber exactamente cual es la meta. Si no sabemos lo que queremos difícilmente vamos a conseguir nada. Piensa detenidamente en que es lo que quieres de la vida y lucha por conseguirlo. Parece mentira, pero eso es lo primero que falla. Decía Paulo Coelho “… lo que le asustaba era la obligación de tener que escoger un camino. Escoger un camino significaba abandonar otros”. Por tanto, no tengas miedo de escoger lo que deseas y luchar de verdad por conseguirlo.
- Materialización. Escribe tus metas bien grandes en varias hojas de papel y pégalas en aquellos lugares de tu hogar donde puedas verlas varias veces al día. De esta forma, por un lado, te será fácil recordar lo que deseas y el motivo por el cual quieres lograrlo y por otro lado, escribirlas las hace tangibles y por tanto resultan más factibles. Al escribir aquello que deseas, hazlo en presente como si ya ha ocurrido y además de forma positiva. En vez de decir quiero ganar más dinero decir: “Yo ingreso (cantidad) euros a 29 de diciembre de 2012”. En vez de decir no quiero depender de mi sueldo y de mi trabajo al cien por ciento decir “tengo múltiples fuentes de ingresos y estabilidad financiera a 29 de diciembre de 2012”.
- Constancia. Todos los días, después de leer tus metas y el motivo por el cual quieres lograrlas, deberás hacer algo para dar un paso que te acerque un poco a ellas. Cualquier cosa es más que nada. Puede ser: leer un artículo, un libro, participar en un seminario, ver un video, etc. acerca del tema que te interesa. Sé paciente y constante. Nada se obtiene de la noche a la mañana. “El secreto del éxito es la constancia en el propósito” Benjamin Disraeli