El Camino Real Persa

Por Manu Perez @revistadehisto

Tiempo de lectura: 3 minutos

Todo Gran Imperio que se precie ha de tener una buena red de comunicaciones en forma de carreteras y caminos, y el Imperio Persa no fue la excepción. El Camino Real Persa fue su principal arteria en forma de 2699 km de carretera empedrada que permitía mover tropas y sobre todo a sus “pirradaziš” los mensajeros reales.

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Heródoto escribió sobre este camino:

“No existe nada en el mundo que viaje más rápido que estos mensajeros persas”

E incluso sus palabras inspiraron el lema de nuestros actuales servicios de correos:

“Ni la lluvia, ni la nieve, ni el calor, ni la oscuridad de la noche, les impedirá cumplir con la obligación que se les ha encomendado a la mayor velocidad posible”

El Camino Real Persa

Su creación se atribuye a Dario I, sin embargo en realidad él sólo mejoró el firme del Camino Real y completó conexiones entre partes inconexas de un camino más antiguo ya existente.  De hecho, si se observan algunos tramos del Camino Real Persa, se ve que no siguen ni la ruta más corta, ni la más fácil entre algunas de las ciudades más importantes del Imperio Persa, y sí entre algunas de las antiguas ciudades del Imperio Asirio, por lo que se cree que en realidad Dario I aprovechó las obras de los antiguos Reyes Asirios.

De oeste a este, el Camino Real Persa comenzaba en Sardes, en la actual Turquía, y se extendía a lo largo de casi 2.700 kilómetros y por diferentes ramales, hasta Babilonia, Susa y Persépolis, dejando por el camino sitios tan importantes como Melitene o Nínive y conectando con la Ruta de la Seda.

Diodoro de Sicilia dejó escrito que los persas podían entregar un mensaje en el mismo día, a poblaciones que estaban a distancias que un viajero normal recorrería en 30 días, hazaña que solo era posible gracias al talento organizativo persa, que disponía de postas y cambios de caballos constantes para sus mensajeros oficiales, sistema que los persas denominaban “angareion”.

Pero no todo eran bondades. De la misma forma que las calzadas romanas permitieron el rápido avance de los bárbaros por el interior del Imperio cuando las guarniciones fronterizas romanas colapsaron, los persas se encontraron con igual situación tras perder las primeras batallas contra Alejandro Magno, el cual se encontró con una excelente carretera, bien avituallada de postas y agua para avanzar con rapidez a través del Imperio Persa. No en vano el Camino Real Persa cruza Gaugamela, ¿os suena?

El Camino Real Persa perduró durante siglos (no así el sistema de mensajeros persas) e incluso en tiempos ya de los romanos (siglo IV) el paso del Camino Real Persa por el puente de Amida (la actual Diyarbakir turca) fue defendido (y reconstruido) en varias ocasiones por la Legio V Parthica.

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Bibliografía:

https://www.livius.org/articles/concept/royal-road/

http://www.iranchamber.com/history/achaemenids/royal_road.php

La entrada El Camino Real Persa se publicó primero en Revista de Historia.