El camping, ¿jugamos a dormir?

Por Tierrasinlimites @tierrasnlimites
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El camping, ¿jugamos a dormir?

Post patrocinado por Yelloh! Village

La naturaleza me encanta. Cuando salgo de viaje me gusta caminar al aire libre, relajarme mirando un paisaje, comer en un prado o junto a un río y dormir rodeada de árboles. Ya de pequeña, ir de camping era para mí como un juego, aunque muchas veces la emoción me mantenía toda la noche despierta.

Y no solo la emoción. Cuando acampas (o duermes en refugios y albergues) no todo son comodidades. La naturaleza relaja, pero la tela no impide los ronquidos del vecino, la espalda se resiente con la colchoneta, la luz te despierta antes de tiempo y, en ocasiones, levantarse al servicio en mitad de la noche es toda una odisea.

Y no nos vamos a engañar, con los años, esos pequeños inconvenientes han ido ganando terreno y ahora meterme en una tienda de campaña, en vez de coger un hotelito, me cuesta más que antes.

Sin embargo, hay una opción que permite vivir la experiencia de dormir rodeado de naturaleza sin renunciar a las comodidades. Es el glamping y seguro que has oído hablar de ello.

Lo mejor del camping

Finlandia está lleno de bosques, lagos, cabañas y campings

He recorrido Portugal montando y desmontando la tienda de campaña cada día, he descubierto que la peor de las colchonetas no me impide dormir como una bebé en Cíes, mis mejores escapadas con amigos han sido con un hotel lona, sé a ciencia cierta que pasar las páginas de un libro bajo la luz de la linterna es una sensación muy placentera, Finlandia de cabaña en cabaña es mucho mejor y he llegado a irme sola, mi tienda de campaña y yo, a dormir en medio de la naturaleza.

Como veis, el camping saca mi lado más romántico y creo que lo mejor que puede aportar este tipo de alojamiento son las sensaciones. Valoro mucho la libertad que te da, estar en mitad de la naturaleza y, también y sobre todo en mi época de estudiante, el precio.

Con poco más de 100€, un Citroën Saxo, muchos bocadillos de mortadela y cervezas Superbock sobreviví a una semana entera en Portugal en mi época universitaria. Y eso se agradece. Muito obrigada, campings portugueses.

Lo peor del camping

Las ves tan monas y, en cuanto te descuidas, zas, a por tu comida

No todo ha sido idílico en mis acampadas. Los mosquitos me quieren y en cuando enciendo la luz siempre acuden a cobrarse su presa (yo). Otros bichos, estos más grandes, han intentado en ocasiones robarme la comida (¿os gustan las gaviotas?) y aún recuerdo cuando levanté la tienda después de cuatro noches en un camping de La Vera y toda la parte de abajo estaba llena de pequeñas garrapatitas blancas (ay).

Pero no todos los males puedo achacárselos a los animalillos. Acampando, he pasado noches enteras despierta por los ronquidos de algún campista, el sol me ha despertado en ocasiones a las siete de la mañana (después de haber estado de juerga hasta tarde) y alguna colchoneta me ha jugado malas pasada. ¡Ah! Y no todos los baños de los campings que he visitado están limpios (y no soy ninguna maniática).

Con el tiempo (quién me lo iba a decir) una se vuelve más sibarita y ahora cuando salgo a caminar, prefiero el lomo al chóped, valoro la calidad del colchón y los únicos ruidos que no me importa escuchar subidos de decibelios cuando duermo son los de la naturaleza. Así de triste es cumplir años.

¿Renunciar a los campings? Casi prefiero que se adapten a mí.

La solución: el glamping (o una cabañita)

Los mosquitos finlandeses son de tamaño gigante y atraviesan paredes. Eso sí, teníamos hasta sauna en esta cabaña.

Últimamente el glamping se ha convertido en tendencia. Este palabro, que une las palabras glamour y camping, implica dormir en plena naturaleza y de una manera cómoda, a veces en alojamientos con mucho encanto: yurtas, cabañas en los árboles, vagones de tren o casas de madera integradas completamente en el medio natural. Hay de todo y para todos los gustos.

Un buen ejemplo es Yelloh! Village, la red de campings-village de alto standing que tiene presencia en Francia, España y Portugal. Sus 86 establecimientos están divididos en dos categorías: Authentic, para aquellos ubicados en plena naturaleza, y Club, con grandes comodidades y muchas actividades para que ni siquiera sea necesario salir del alojamiento.

Buscando en su web encuentras cabañas de madera en zonas verdes, tiendas – lodges cerca de playas, bungalows con terrazas desde las que disfrutar de las vistas… y muchas actividades y servicios: piscinas, piscinas climatizadas, jacuzzis al aire libre e incluso alojamientos con jacuzzi (¿en serio?).

El placer de dormir en un camping y la comodidad no están reñidos. Y así dormir puede seguir siendo un juego.

camping dormir en la natureleza glamping 2019-02-06 Paula Mayoral