Tras dejarme caer por la ruta de Senderismo de la Senda del Genaro que se celebró de Sábado, el Domingo lo dediqué a recorrer de forma tranquila la villa de Torrelaguna, sus calle, su gastronomía, su cementerio, y finalmente tome rumbo hacia Guadalajara, para ver la ciudad, que me dejó indiferente, pero si que me gustó su cementerio, a el va dedicado este pots otoñal.
Primero pues eso primero una vuelta entre El Berrueco y Patones andando por la famosa Senda del Genaro
Luego, un paseo largo y rotundo con gastronomía incluida por la villa natal del Cardenal Cisneros, la villa real de Torrelaguna.
Luego ya en Guadalajara, visité el Campo funerario, un cementerio del siglo XIX situado al Oeste dela ciudad que tuvo renovaciones importantes como la del arbolado en 1878, y las salas de deposito y autopsias, y entre esas remodelaciones se encuentra la capilla como elemento fundamental dentro del ritual cristiano católico, y que está en este caso situada junto acceso principal.
Lo que llama la atención, más antes que ahora es la presencia y ostentación de la nobleza hidalga castellana que cuenta con parecidos acomodos en cuanto a sencillas tumbas, como vimos en Torrelaguna, pero también monumentalidades como la de Marqueses de Villamayor, padres del Conde Romanones.
LLama la atención en el cementerio de Guadalajara varias cosas algunos ejemplos de bellos trabajos de labra en panteones, dos ejemplos:
El de Josefa Corrido de Gaona, uno de los más bellos y ostentosos del predio, y que viene recogido no solo en la ponencia que se hizo sino que lo recoge también López Villalba en su trabajo “Arquitectura funeraria de finales de siglo XIX en Guadalajara”.
Se construyó en 1894 sobre un solar de 12 mts2 con 10 nichos para adultos enclavados en el subsuelo como a tres metros de profundidad
En ese mismo orden monumentalidad, pero de un feismo importante es el Panteón de su hijo el Conde Romamones, que tienen debajo de este texto
En el cementerio había otras cosas que me han interesado, y al que no se le ha dado ninguna importancia en los trabajos que he visto sobre temas funerarios en Guadalajara, varias muestras:
Entre esas muestras una significativa, la tumba de Antonio Hompanera…sobre la que volveremos otro día …
Y como no podían faltar los enterramientos de mis queridos Hermanos “cales”