Durante la Segunda Guerra Mundial, Gran Bretaña construyó en su territorio 1.500 campos de prisioneros. Tras el comienzo de la guerra, a Moor Lodge empezaron a llegar prisioneros italianos, obligados a trabajar en granjas cercanas bajo la supervisión de la población local, con la que mantuvieron muy buenas relaciones. De hecho, en Sheffield viven descendientes de esos presos italianos.
Tras la llegada de prisioneros alemanes, las condiciones del campo de concentración se deterioraron. Los presos pasaban el día bajo la lluvia, el frío y el barro. Llegó a estar tan masificado que en 1944 el Comité Internacional de la Cruz Roja en un informe lo describió como "insuficiente e inhabitable" y en el que una mitad de los cautivos vivían en "chozas" (en realidad eran barracones Nissen) y la otra mitad en "tiendas de campaña". Según algunos testimonios en los barracones malvivieron hasta 70 prisioneros, cuando el número máximo no debería exceder de los 30.
El 20 de diciembre de 1944 un grupo de prisioneros alemanes organizaron una fuga de Moor Lodge, pero fueron capturados en las cercanías de Rotherham al día siguiente.
Desde el final de la guerra, este campo permaneció oculto hasta que un grupo de estudiantes británicos de arqueología lo descubriera en el verano de 2019, en un bosque, a unas cinco millas al oeste de Sheffield.
Para saber más:
The Great German Escape, de Charles Whiting
The university of Sheffield
The Guardian
Atlas Obscura
Dark Yorkshire