El cangrejo ladrón que se pirra por los cocos

Por Ireneu @ireneuc

Cangrejo de los Cocoteros

Cuando andamos por la orilla del mar, pocas cosas nos llamarán más la atención que ver un cangrejo paseándose por ella. De primeras por su curiosa constitución y de segundas, porque irá irremisiblemente al plato de arroz más cercano... si lo cazamos, claro. Las fuertes pinzas del cangrejo, ya sea de mar o de río, siempre tiran para atrás ya que te puedes llevar un doloroso pellizco. Y si esto es así para los pequeños cangrejos de nuestras latitudes... imagínese lo que puede pasar con un cangrejo de medio metro que es capaz de vivir exclusivamente de comer cocos. Aunque parezca mentira, este bicho existe, se llama Cangrejo de los Cocoteros, vive en las islas del Índico y del Pacífico... y yo, de usted, tendría cuidado de sus manos si me lo encontrase.

Él, a sus cocos

El Cangrejo de los Cocoteros (Birgus latro) es un animal, se mire como se mire, fuera de lo común. Este cangrejo que puede llegar a tener 17 kilos de peso, un cuerpo de unos 40 cm y una envergadura de patas de hasta un metro, es el mayor de los artrópodos que se encuentran en tierra, rozando el límite teórico del tamaño máximo que puede alcanzar un bicho sin esqueleto interno que viva fuera del agua. Y esta es otra de sus características principales, ya que lo grande de este cangrejo es que vive exclusivamente en tierra firme, y tan terrestre es que, como lo metamos en el agua, se ahoga.

Son hábiles trepadores

Este longevo animal -puede llegar hasta los 60 años-, aunque terrestre inicia su vida en el agua, donde las hembras depositan unos 100.000 huevos en la playa durante la marea alta. A partir de aquí, crecen y se comportan como cangrejos ermitaños (de los cuales son parientes cercanos) hasta la edad de tres años, momento en el cual salen del agua y ya no vuelven. Desde entonces viven en madrigueras donde cambian de caparazón una vez al año y a donde vuelven en los momentos de más calor, ya que son generalmente de hábitos nocturnos.

¡Mmm! ¡¡¡Comida!!!

En el momento de la comida, el "cangrejito" trepa por las palmeras y con sus increíblemente fuertes pinzas, pela el coco, lo abre como quien casca una nuez y se alimenta de la dulce pulpa del interior. Nada más sencillo para él, claro, capaz como es de arrastrar objetos de hasta 29 kilos como quien lleva un carrito de la compra. Y es que, no solamente se interesa por los cocos, sino que, como su vista es tan mala -se guía por las vibraciones como las serpientes-, todo lo que le parece que pueda tener comida es susceptible de ser "sustraído" por el inocente cangrejo. O si no, que se lo pregunten a los soldados norteamericanos apostados en Guadalcanal durante la Segunda Guerra Mundial, que tenían que tener cuidado con sus pertenencias, ya que por la noche, venían y se les llevaban las cosas pensando que contenían alimento. Artículos de cocina, machetes, cocinas de campaña  -del estilo camping gas- o incluso botellas de whisky (al cangrejo en cuestión le debía ir el "pitraque") dieron fama de ladrón a este animal. De ahí su nombre "latro", ladrón en latín.

Tienen hábitos nocturnos

En la actualidad, si bien no se conoce con exactitud el estado de conservación de la especie -la UICN lo tiene catalogado como "datos insuficientes"- se distribuye por buena parte del Índico y las islas del Pacífico, y aunque es cazado para comer y se considera afrodisíaco (siempre la imbecilidad humana mostrándose en todo su esplendor), puede llegar a ser tóxico según la dieta que lleve el cangrejo, por lo que, como si fueran los conocidos peces globo japoneses, mejor pensárselo dos veces antes de comerse uno de estos cangrejos.
En conclusión, el Cangrejo de los Cocoteros es un ejemplo vivo de adaptación perfecta a su medio, el cual, en razón de su extraordinaria existencia, deberíamos de respetar y admirar en proporción al tamaño que la naturaleza ha dado al mayor invertebrado existente sobre la Tierra.

La dura cáscara del coco no le es obstáculo


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