«El canto del grajo» de Ana Isabel Fernández

Publicado el 23 marzo 2023 por Librosquevoyleyendo @librosqvleyendo

Curiosa la última de las propuestas de la editorial Samarcanda, a la que tengo que pedir perdón pues en todo momento he creído hallar fallos de expresión que quizás sólo existiesen en mi perversa mente, y es que leer con bolígrafo tiene estas cosas. No obstante, debo admitir (y de ahí el uso del calificativo "curioso") que la lectura de este no tan aterrador canto del grajo me ha divertido mucho y me ha permitido jugar a los detectives en busca del implacable y malvado malhechor.

También quisiera destacar la original ambientación de la novela en ese rincón alto de La Mancha, quizás menos conocido que otros, al que tanto apego siento en relación a mi trayectoria profesional. Los molinos de Mota, el castillo de Belmonte, los ajos y el buen yantar de las Pedreñuelas, me retrotraen a un monasterio de Uclés que vivió uno de los episodios más vergonzosos de la Reconquista y que se ganó el perdón de todos gracias una excelente dulcería monacal que nada tiene en común con los pasajes narrados por esta escritora conquense a la que no tengo el gusto de conocer y a la que reconozco su gran labor a la hora de crear ficción, un trabajo que compartimos y con el que disfrutamos.

La portada crea grandes expectativas y resulta agradable visualmente, ayudando a que el lector despistado se decante definitivamente por una historia de género negro dominada por el deseo de revancha. Eso sí, hay formas de poner en escena una venganza y el anti héroe de turno opta por una demasiado... enrevesada. Una ola de crímenes de esas que tan de moda están, atendiendo al deseo de sangre que se ha adueñado del panorama literario nacional. Pero he echado de menos la caracterización de los personajes, la explicación de ciertos pasajes confusos, el detalle de hechos secundarios y la difuminación de otros más trascendentes, la argumentación de ocho crímenes que quedan titulados sin desarrollo y en los que no terminamos de comprender el camino que lleva a su resolución. Además, el estilo narrativo no es respetado en su puesta de largo y puede que el canto de un ave relacionada por los malos augurios tenga algo que ver.

Parece mentira que en tantas páginas no haya podido ponerse de manifiesto una trama ordenada con justificación de cada movimiento. Resulta chocante que el tema del abuso sexual por parte de miembros del clero sea abordado con de forma tan blanda y que, curiosamente, la mayoría de los culpables de situación tan deleznable se encuentren en una sola localidad a la que el asesino llega y pega, sin tener que desplazarse geográficamente más de la cuenta.

Es inverosímil, aunque no imposible, la caza de un jabalí con una simple lanza (cazadores experimentados aparte), producto del afilado artesanal de un trozo de madera, o la importancia que el entierro del pobre animal adquiere respecto al de los eres humanos llamados a desempeñar un papel más importante, funeral incluido en una población y en un entorno demasiado pequeño para pasar desapercibido a menos que ¡un disfraz! Se convierta en la coartada perfecta de un individuo que no quiere ser reconocido incluso cuando termina siendo identificado por sus supuestos verdugos, atemorizados por la amenaza de una muerte segura.

María es una mujer ¿amada o despechada?¿Qué papel juega en este rompecabezas?¿Cómo nos la imaginamos? Marta, mujer con más peso dramático, también alberga lagunas de carácter salvo sus sueños premonitorios, pegamento de título y desarrollo, segundo animal que entra en escena, no sabemos si para bien o para mal.

¿Y si Tomás Villarta no fuera tan malo?

¿Por qué la pobre hermana de la panadera...?

Marta deja huella pero...

E incluso en esta situación de una reseña como la presente, que no deja de ser una vana opinión de un lector más, la lectura resulta entretenida y se alcanza la meta confiando en el regalo de una serie de justificaciones que significan los tramos finales de los hilos que sustentan la cadena narrativa.

Creada la polémica, es el momento de tomar cartas en el asunto y sacar las conclusiones propias que caracterizan al avezado lector.

Reseñado por Francisco Javier Torres Gómez

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