Alejado del mundanal del ruido, rodeado de una grata naturaleza y emplazada a más de un millar de metros de altura sobresale un escenario de película, abandonado, propio de una historia de terror, pero no exento de un pasado rico en historia reciente. El Palacio del Canto del Pico, que pertenece al término municipal de Torrelodones, fue refugio personal de Francisco Franco, antes cuartel militar de Indalecio Prieto durante la Guerra Civil y residencia de Antonio Maura, presidente del Gobierno a comienzos del siglo XIX (llegó a serlo hasta en cinco ocasiones), quien falleció en su interior cuando bajaba las escaleras. Hoy el sitio está declarado Bien de Interés Cultural.
En los años 40 del pasado siglo, José María del Palacio y Abárzuza, conde de las Almenas, regaló al generalísimo este palacete para agradecerle el hecho de “haber derrotado al comunismo internacional”. El general lo tomó com un obsequio de enjundia, tomo posesión de él y lo usó durante bastantes años. Le gustaba pasear por la finca que lo rodeaba y pasar ratos en la biblioteca. Utilizaba el palacio como refugio cuando los servicios de información del régimen alertaban sobre la posibilidad de algún atentado. Entraba en coche dentro del palacete, y en el portal una plataforma giratoria permitía poner el vehículo en posición de salida, por si acaso. También acudía a la finca como lugar de recreo, donde llegó a crear una granja de ovejas, gallinas y abejas, que cuidaba en colaboración con el guarda.
Palacio del Canto del Pico.
El palacio, que fue construido en los años 20 con elementos arquitectónicos de los más diversos estilos y épocas procedentes de todos los puntos de España, no se estrenó con buen pie, pues en él murió Antonio Maura tras sufrir un infarto mientras bajaba las escaleras durante una visita al conde de las Almenas, un ferviente coleccionista. Una placa instalada en el interior del edificio recuerda tal luctuoso incidente. El nombre del lugar proviene de una gran mole de granito que tiene forma de pico donde se ubica.
Durante el transcurso de la Guerra Civil, el Palacio del Canto del Pico se convirtió en cuartel general del Ejército Republicano y residencia de Indalecio Prieto, ministro de Defensa del Gobierno cuando estalló el conflicto. Él y el general Miaja dirigieron desde aquí la Batalla de Brunete, una tímida victoria en el frente del bando republicano.
De la suntuosidad del palacete da fe el claustrillo del siglo XIV que tenía procedente del monasterio cisterciense de Santa María de la Valldigna (Valencia) Se componía de una decena de arcos góticos que en el año 2007 regresó a su ubicación original después de que la Generalitat Valenciana pagara un millón de euros por él. La institución se comprometió a realizar una copia exacta de las 238 piezas que lo componían. Incluso el edificio llegó a recibir la calificación de monumento histórico artístico en 1930.
Franco utilizó el edificio como búnker particular.
Aparte de ese pequeño claustro, el Palacio del Canto del Pico se componía de remiendos de gran valor artístico y arquitectónico como unas columnas góticas procedentes del castillo de Curiel del Duero (Valladolid), unas puertas de las Salesas Reales de Madrid, artesonados del siglo XIV de Teruel, diferentes motivos ornamentales de la Colegiata de Logroño y de la Seo de Ugel. Casi nada.
Tras la muerte del dictador, la finca pasó a manos de su nieta, María del Mar Martínez-Bordiú, Merry, y el periodista Jimmy Giménez Arnau, quienes fijaron allí su residencia a finales de los años 70 del pasado siglo. Luego la familia vendió la finca de 83 hectáreas a un inversor que al parecer tenía intención de construir aquí un hotel de lujo. En la actualidad permanece abandonado, deteriorado, apenas sin mantenimiento, objetivo de los vándalos, recordando con nostalgia un pasado que le hizo vivir mejores épocas. Ni las reivindicaciones vecinales que reclamaban la reconversión del edificio en espacio de uso público han permitido su reforma.
No obstante, todavía hoy el viajero puede disfrutar de unas excelentes vistas desde esta atalaya, tanto hacia la vega del Guadarrama como hacia la sierra de Hoyo de Manzanares donde se combinan la vegetación de encinas y monte bajo con moles de granito de grandes proporciones. El Palacio del Canto del Pico es uno de los inmuebles más conocidos del centro peninsular y sin duda alguna uno de los lugares con más historia de Madrid. No el único, pues el viajero puede aprovechar su estancia en la capital española para visitar, por ejemplo, dos parques con historia como son El Retiro y El Capricho, o galerías expositivas como el Museo Naval.
Dónde dormir: Hotel Torrelodones; Calle Sama de Langreo, s/n; Torrelodones (Madrid); teléfono: 918406606.
Dónde comer: Restaurante Solitario; Av Comunidad de Madrid, 5; Torrelodones (Madrid); teléfono: 918590071.