El mercado de capitales quiere involucrarse más con la gente del común. Para ello debe derrotar dos grandes barreras: la desconfianza y la desinformación. Por años, los ciudadanos del común hemos estado alejados de la bolsa de valores porque la sentimos lejana, como si lo que se transa en sus pantallas fuese para otros.
Hoy en día, la verdad es que acceder al mercado de capitales es muy sencillo, pero para ello tiene el desafío de comunicar esa facilidad y apalancarse en las TIC para democratizar el acceso desde cualquier lugar y en cualquier momento.
Esta semana se realizó en Bogotá el Gran Congreso, un certamen en el que se unieron Asofiduciarias, la Bolsa de Valores de Colombia y Asobolsa y una de las grandes conclusiones es que el mercado necesita ser más eficiente, moderno y equitativo. La Misión del Mercado de Capitales se propuso trazar una hoja de ruta con 64 recomendaciones y allí surgieron dos que me llaman poderosamente la atención: La necesidad de fortalecer la educación financiera y el estímulo al emprendimiento.
Hoy todos los actores del sector deben sumar esfuerzos en la construcción de esta agenda que permita la transformación digital del mercado de capitales y, por tanto, del sector financiero como motor de desarrollo económico y social.
Para ello es fundamental que el componente humano se transforme y se dedique a acompañar al usuario final (amas de casa, profesionales, estudiantes, pensionados…) pero sobre todo a los jóvenes para que las próximas generaciones sean las que consideren invertir en portafolios que van más allá de la tradicional oferta inmobiliaria.
En conversación con Leonard Brody, un famoso inversionista de riesgo, columnista y emprendedor, las personas tienen que transformarse, o como él dice, “reescribrirse” para afrontar los desafíos que presenta hoy el mercado.
Si el mercado de capitales se presenta más asequible con plataformas digitales más sencillas, no dudo que comprar y vender acciones de la bolsa a través de Internet será tan rutinario como hoy lo es pedir una pizza. Todo está en que los actores del mercado hagan de la confianza, un capital y así los ciudadanos lleguen con confianza en el capital.
Nota: columna publicada originalmente en Vanguardia el día 22 de agosto de 2019