De cara a una población que envejece, pero que disminuye en la UE, la inversión en capital humano es esencial para apoyar la productividad y asegurar un crecimiento rico e inclusivo en empleo en el futuro. El Informe subraya que la inversión efectiva de capital humano requiere no sólo la educación y la formación en las habilidades correctas, sino también los marcos adecuados para ayudar a las personas a mantener, mejorar y utilizar esas habilidades a lo largo de su vida laboral. En este sentido, se necesitan políticas adecuadas para evitar que el capital humano se desperdicie debido a la inactividad o la infrautilización del empleo de las personas. Por otro lado, un incremento en la oferta de capital humano cualificado debe ir acompañado por un aumento en la oferta de empleos de calidad, con el fin de producir una fuerza laboral más productiva. En cuanto a los futuros retos y oportunidades, el Informe señala que los cambios en curso vinculados a los avances tecnológicos, la globalización, el cambio demográfico y el crecimiento ecológica de la economía deben ofrecer oportunidades para crear empleos de alta calidad, pero también puede hacer que algunas cualificaciones y empleos se vuelvan obsoletos y salarios más polarizados. Por lo tanto, se necesitan políticas proactivas que apoyen la formación permanente, la mejora de la asistencia a la búsqueda de empleo y el diálogo social para prever e implementar innovaciones.
Por último, el Informe también subraya que la restauración de la convergencia socioeconómica es otra tarea importante después de los años de la crisis, especialmente en relación con los 15 Estados miembros del sur y periféricos de la UE. Detrás de la divergencia inducida por la crisis estaba no sólo el tamaño del choque económica, sino también los desequilibrios estructurales que ya estaban presentes antes de la crisis en los países más afectados, como la baja productividad, la falta de inversión en capital humano, las debilidades en su sector bancario y de las burbujas de la propiedad y en sus sistemas de bienestar. El Informe contribuye al debate en curso sobre las formas más adecuadas para restablecer la convergencia, profundizar en la unión económica y monetaria y fortalecer su dimensión social.