Algunas de las características de esta fase gaseosa son: La aceleración de los procesos sociales, la ruptura de las regulaciones, y el desencadenamiento de procesos incontrolados que se autoamplian o se enfrentan a otros procesos igualmente incontrolados.
Todo ello unido a una conciencia general sobre que el ideal de progreso (idea fuerte de la modernidad) cada vez se evidencia más como una quimera destructiva.El progreso se ha convertido en el rostro incierto del devenir; desechos industriales, polución, ecosistemas dañados, especies en extinción, son sus consecuencias. El subproducto por encima del producto. Hemos mitificado el progreso, concibiéndolo como generador de desarrollo cuantitativo, que nos llevaría a otro cualitativo, ahora entendemos que, en realidad, nos ha llevado a un cul-de-sac.
Se podría argumentar que esta es una idea del progreso que debe cambiar, pero difícilmente la transmutarémos en otra idea, mientras su aplicación al desarrollo este en manos de los poderes de siempre y de una determinada visión del mundo y el devenir, en la que todos, absolutamente todos, somos cómplices.Lo importante, en primer lugar, no estriba en cambiar la idea de progreso, sino entenderla en toda su complejidad. Sin este paso previo corremos riesgos de caer de buena fe, y en pos del buen-progreso, en reduccionismos o regresiones altamente peligrosas o simplemente naïf.
Los felices 2000:Hemos vivido durante “la belle époque de los felices 2000”, un presente engordado artificialmente que hacía las veces de futuro, éramos ciegos a lo imprevisible e incluso a lo previsible. Durante el siglo pasado hemos vivido innumerables y atroces situaciones de crisis liquidadas con dos horribles guerras. La situación actual deberíamos contemplarla con menos dramatismo, no parece que nos vayamos a enzarzar en guerras en Europa a pesar de que muchos ven surgir el IV imperio germánico, estructurado sobre la deuda soberana, y aparentemente eterna, de los países del sur hacia Alemania.El capitalismo gaseosos, lo que pone en evidencia, es la consubstancialidad de la crisis con el desarrollo del sistema, lo ha sido antes, en la fases solidas y líquidas y lo seguirá siendo con mayor frecuencia en la fase gaseosa. Antonio Negri ya profetizó "La crisis no es lo contrario del desarrollo, sino, su forma misma".La diferencia estriba en que estas serán cada vez más inasibles. La base, el substrato estructural, los valores, la cultural, lo económico y político sobre los que se vertebra el sistema y que las crisis ponen en constante proceso de construcción-deconstrucción han dejado de ser bases solidas para convertirse, poco a poco, en un magma que se está evaporando.
Al contrario, lo que se ha acabado es la orientación sobre aspectos fundamentales de la vida, del sujeto y de la sociedad. Valores gaseosos, política gaseosa, economía gaseosa, sexo gaseoso, etc..
Los líquidos, a veces, no se pueden mezclar, como el aceite y el agua, los gases se mezclan con extrema facilidad, como el PASOK y Nueva Democracia en Grecia, como la propia esencia de la democracia representativa y las necesidades funcionales y operativas europeas en Italia. Economía gaseosa de los mercados financieros, donde no sabemos si son Soros y sus colegas o el autómata de Castells los que la rigen.
El dinero gaseoso: Estamos en la economía del capital gaseoso, que crea dinero de la nada, a partir de la emisión de deuda. La economía se ha desembarazado del sistema productivo, que es parte del mantillo sobre el que articular una salida, para auto-producirse como capital financiero. El dinero ahora se imprime como deuda-electrónica. Ni siquiera como papel-deuda. Se ha dejado atrás el patrón oro, la efigie del soberano, y con ellos la conciencia del sujeto productor. El dinero ahora, se crea desde la nada más radical.El tamaño gigantesco de la masa dineraria en productos financieros que circula por los mercados financieros globales que se estima en 1 000 billones de dólares, nos hace plantear una pregunta, posiblemente sin respuesta: ¿Que respalda esta inmensa masa de dinero gaseoso, cuánto de esas fabulosas cifras representan valores "tóxicos", carentes de respaldo real, incobrables?.
- ¿Que pasará cuando la economía real no sea capaz de producir tanto dinero como $ólares/€uros se han creado?
- ¿Que pasará cuando los créditos concedidos a ese valor y la economía real sea incapaz de pagarlos?