Resulta que el Ministerio de Trabajo de Brasil ha encontrado unos talleres de costura en los que se trabajaba en condiciones infrahumanas (hasta 16 horas de jornada laboral) pertenecientes o ligados a Zara. Aunque no se ha determinado el grado de responsabilidad de la empresa, por lo visto tampoco es la primera vez que sucede algo así.
Los paralelismos con el libro del Premio Nobel de Literatura son más, al igual que ocurriera con la “Peruvian Amazon Company”, los dirigentes de la empresa dicen no saber nada al respecto. Si bien pudiera ser factible, me resulta cuanto menos curioso que en un mundo en el que vivimos, don se vigila hasta el último céntimo que se invierte, desconozcan este tipo de situaciones que afectan a la empresa, pero en cualquier caso… ¿qué van a decir ellos?. Eso sí, han accedido a invertir una suma millonaria para mitigar el problema, es posible que no conocieran las condiciones lamentables de trabajo en sus talleres de Brasil, pero lo que indudablemente tienen claro es que una noticia así deja una muy mala imagen que genera grandes pérdidas (algo que no se puede tolerar de ninguna forma, y menos aún en estas fechas tan señaladas).
El imperialismo sigue su curso, noticias como ésta nos salpican en la cara aportándonos una pequeña dosis de la cruenta realidad en la que vivimos, mientras tanto los medios se hacen eco de la muerte de Kim Jong-il y despotrican contra su régimen, cosa perfectamente loable por otra parte siempre que se intente hacer de forma fidedigna. Como escribí en un comentario en el blog “La Conquista de la Civilización Socialista” solicitando información al respecto (que es una sana costumbre que uno ha de adquirir si desea opinar, y de cuantas más fuentes mejor), poco o nada conozco sobre este enigmático país, por lo que no me pronunciaré. Pero he escuchado estos días en la televisión decir lindeces como “cualquier persona con dos dedos de frente sabe que el comunismo es enemigo de la libertad y de la paz”.
Sinceramente, no sé que sistema sería “la salvación” para la humanidad, ni tan siquiera si puede existir tal cosa. Pero de lo que sí tengo la certeza como ya he dicho en otras ocasiones es que este sistema se evidencia fallido. Que bonita resulta la ilusoria libertad del individuo para labrar su futuro, nuestro elevado nivel de vida y la sociedad del bienestar… Pero a lo que nadie parece dar voz es que en nuestra sociedad clasista no todos partimos con las mismas oportunidades para labrarnos ese futuro, y para colmo, se condena a países enteros a condiciones infrahumanas para instalar nuestras fábricas, usarlos de mano de obra barata, y expoliar sus materias primas. Un tema del que no oigo hablar en los “mass media”...
Fuentes: Tercera Información El País