Una tradición histórica
Una de las tradiciones más arraigadas en la ciudad alemana de Colonia es su carnaval, que tiene siglos de antigüedad. Es uno de los carnavales más famosos y sobre todo más largos del mundo (comienza en noviembre y dura hasta febrero), y se trata de toda una institución y un sello de identidad de Colonia.
Al ser tan largo, el carnaval está dividido en diversos periodos, de los cuales no cada día hay festival en la calle. Los momentos álgidos son las primeras tres semanas (desde el 11 de noviembre hasta el inicio de Advento) y la última, que coincide con la semana de carnaval típica de la mayoría de Europa, la cual termina con el miércoles de ceniza. Es en esta semana cuando se desata todo el fervor del carnaval, con las comparsas, música en las calles y mucha, mucha diversión.
Aparte de su larga duración, el carnaval de Colonia tiene algunos elementos muy característicos, como lo son el trío de personajes llamados el Príncipe, el Granjero y la Virgen. Estos representan las características que han marcado gran parte de la historia de Colonia: su dignidad como ciudad imperial, encarnada por el Príncipe (quien, además, reina simbólicamente sobre la gente loca durante el carnaval); su lealtad al imperio, representada por el granjero; y su inexpugnabilidad, simbolizada por la Virgen. Estos tres personajes son los más importantes del carnaval y es un gran honor representarlos (previo desembolso de una importante suma de dinero que se destina a la organización del carnaval).
Algo alejado del centro de la ciudad, en la calle Maarweg 134-136, se encuentra el Museo del Carnaval de Colonia (Kölner Karnevalsmuseum), que recoge un gran número de disfraces, medallas, arte y otros elementos carnavalísticos. La pega es que toda la información está en alemán, así que a menos que dominéis el idioma, sólo podréis admirarlo visualmente (aunque ya por esto merece la pena). Si quieres llegar, puedes alquilar un coche aquí o bien tomar el bus o el tranvía.