El cartel de esta tarde

Por Antoniodiaz
 
Llegan los Victorinos y se espera que con ellos también la casta. A tenor de las imágenes vistas estos días atrás, los toros que saltarán al ruedo del baratillo no se pareceran a esos cárdenos pavorosos y espectaculares que hicieron las delicias del aficionado. Se la juegan los ganaderos, mirados bajo lupa por el aficionado, en general y por el sevillano en particular, después de la vergonzosa y chica corrida enviada desde las Tiesas para Morante y el Cid el año pasado. Con todo eso, y pese al bajón, de Victorino siempre se puede esperar cosas buenas.
El heterodoxo Juan José Padilla cambia este año los miuras por los victorinos. Torero peleón, polémico y jaranero. Su tauromaquia se resume en contentar y entusiasmar al público al precio que sea, aunque en honor a la verdad hay que decir que en los últimos tiempos, sin perder ese germen un tanto cordobesista, se ha asentado como torero capaz de templar y mandar. Lástima que todo el respeto que se gana por anunciarse con lo que se anuncia lo pierda con su antitorería.
Manuel Jesús el Cid, viene con toda la tropa, con el Boni, Alcalareño y Pirri a pié y el Lolo y Bernal sobre las cuatro patas. Lo normal es que salga uno de los toros de la feria. La suerte, ya se sabe. Se preveé que la lidia, esa ciencia exacta denostada por los profesionales, se pase a eso del segundo y quinto toro. El diestro de Salteras tendrá que pasar su enésimo examen, por lo del supuesto mal momento que atraviesa, y eso, que dicen. Algunos le esperan con la escopeta cargada.
Y Salvador Cortés, que pasó inédito, por el mal material, se entiende, el martes de Dolores, está ante su última oportunidad en esta feria. Mandón y poderoso, no exento de capacidad para templar, es torero que siempre apetece ver.