Llegan a Sevilla los toros del Pilar, triunfadores recientes en esta plaza. Posiblemente hablamos de la vacada charra en mejor momento. De las ganaderías comerciales, junto a la de Fuenteymbro, es la que más se acerca al prototipo de bravura y seriedad que exige el aficionado. No hay que decir que en muchas ocasiones ha sido repudiada por las figuras. Éste no es el caso, aunque desde los mentideros sevillanos, ya nos han pegado el toque: la corrida viene en escalera, muy dispareja, con ejemplares poco rematados. Veremos.
Son muchos los aficionados que esperan que sea el día de Morante de la Puebla. Hartos de verle siempre con el mismo ganado inválido y descastado, aburridos de tanta falacia sobre la mala suerte en los sorteos, que ya cansa, hoy le puede salir el lote que rescate la verdadera dimensión de su toreo.
A el Cid, como el Madrid a la noche, le toca remontar. Se le fue un victorino con el que debió haber estado de otra forma y aún hay aficionados que le siguen esperando. Atentos a las lidias de la cuadrilla, para tomar nota por muchos de sus compañeros.
Esaú Fernández tomará la alternativa con el cartel soñado por cualquier novillero. Que no deja también de ser una enorme responsabilidad. Con buena crítica en Francia, tenemos que decir que hace unas fechas en Madrid, y con novillos que no tienen mucho que envidiar al indultado de Sevilla, dejó muchas dudas. Que tenga suerte.