Para quien no lo sepa, el mes de Mayo en Córdoba es muy importante puesto que a lo largo del mismo se celebran nuestras famosas Cruces, la Cata del vino (que este año la han puesto en abril), los Patios y, por supuesto la Feria. Vamos, que si te aburres es porque quieres. Como os podéis imaginar en este mes hay una gran afluencia de turistas, los cuales representan una fuente de ingresos muy importante para la economía de la Ciudad. Por tanto, y con el fin de promocionar el bonito mes de Mayo, las instituciones se vuelcan en todos los actos culturales y festivos que se suceden durante el mismo. Para ello se elige un cartel y, éste año, ¡con él llegó la polémica! Y todo ¿por qué? En síntesis, porque sale hombre, va en vaqueros y está solo.
Tradicionalmente, los carteles que se eligen tienen referencias expresas a las flores, la fiesta, el baile y a la mujer cordobesa, bellamente inmortalizada en los cuadros de Julio Romero de Torres. Artista que, por cierto, realizó muchos carteles de corridas de toros y feria en vida. Es más, ha servido de inspiración a otros artistas que, años después han reinterpretado “cansinamente” la misma fórmula. Con ésto no quiero decir que no me guste, lo único que digo es que es más de lo mismo y llega un momento que el “ole, arsa y pompón” expreso aburre. Si aparece un hombre, generalmente es al lado de una mujer vestida de gitana y la protagonista, por supuesto, es ella. Es algo parecido a lo que ocurre en las bodas, el novio es el que va al lado pero las miradas son todas para la novia (y luego para la madrina). Ya hace unos años hubo un “tímido” intento de darle al cordobés su parcela de protagonismo. Personalmente (y que me disculpe el pintor) a mí no me gustó porque la cara del hombre me recordaba a eso de “con un 6 y un 4, aquí tienes tu retrato”. Pero como aparecía nuestro querido Caballo de las Tendillas, tiene un pase.