La RAE nos exige acentuar voces como Hawái y Múnich, pero aplica la manga ancha para escribir cartel cuando lo que se está pronunciando es cártel. Precisamente esta palabra viene del alemán -así nos lo recuerda la propia institución-, y qué mejor forma de españolizarla que añadiéndole un acento prosódico que ponga de manifiesto cuál de sus dos sílabas es la tónica.
Las normas de acentuación a veces sorprenden por su permisividad para ciertos nombres comunes y su rigor con los nombres propios, en concreto con los topónimos extranjeros. Ámsterdam y Sídney son sólo dos ejemplos de una españolización estricta de nombres foráneos que merece ser objeto de debate. Pero eso requiere una entrada aparte.El cartel o el cártel más peligroso de México
Publicado el 12 mayo 2015 por Manuel Vega Fierro @mvegafierro
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