De pronto me acuerdo que de pequeño me convertí en Superman, en contra de lo que decía mi madre de que lo de las películas no era verdad salté desde la terraza y volé. Fue una experiencia maravillosa. Lo conseguí porque tenía fe en mi mismo y sabía que lo podría hacer. Esto ha sido igual. El miedo es lo que nos atenaza siempre, con valor y fe todo se consigue.
Algunos dicen que soy un niño con poderes, que tengo magia. Sería estupendo. Casi prefiero ser como Harry Potter. Lo de Supermán está bien pero es de otra época. Harry mola más.
Texto: María Fuencisla López López