En ella conoceremos a Frank Chambers, un buscavidas que hace un alto en su viaje a ninguna parte para conseguir un plato de comida en la fonda de Papadakis, un emigrante griego. Allí conocerá a su exuberante y joven esposa, Cora, por la que decidirá quedarse a trabajar allí. Pronto nacerá entre ellos una atracción imparable y peligrosa...Publicada en 1934, y sin llegar a las 140 páginas, llegó a ser censurada en algunos lugares por su mezcla de sexualidad y violencia. El autor retrata a la perfección la tormentosa pasión que nace entre los dos protagonistas, una pasión que se refleja mediante descripciones muy visuales y las sensaciones de Chambers (narrador y protagonista) cuando tiene cerca a Cora. La tensión sexual entre ambos traspasa las páginas, sin necesidad de recurrir en ningún momento a escenas o contenidos explícitos (al contrario de lo que sucede en la adaptación cinematográfica de los 80, protagonizada por Jack Nicholson). De igual modo sucede con las escenas violentas, que tampoco son explícitas.
Nada tienen en común a priori Frank, un trotamundos vividor, y Cora, una mujer trabajadora con ganas de ser algo más en la vida, pero llegado el momento, la falta de escrúpulos de ambos constituirá un fuerte punto de encuentro, cuando llegan a la conclusión de que el marido es Cora es un estorbo en su obsesiva relación.
Considerada una de las novelas criminales más importantes del S.XX, estamos ante una historia descarnada, con giros inesperados, llena de suspense e impregnada de cinismo. De obligada lectura para los amantes del género, y muy recomendable para todo lector en general.