El Caso Farewell

Publicado el 08 septiembre 2011 por Sidhe @leanansid
Inicios de los años ochenta, en plena guerra fría, el régimen comunista sacó sus colmillos, lo que hizo que el coronel del KGB Sergueï Grigoriev se cuestionase provocar un cambio. Recopiló desde listados de espías hasta datos de extrema confidencialidad por lo que decidició ponerse en contacto con la embajada francesa que de inmediato le envió como mediador a un inexperto ingeniero francés (un inprovisado agente doble) que poniendo en riesgo su vida y la de su propia familia logró que la información llegase hasta los presidentes de Francia y Estados Unidos

La película que llega con dos años de retraso (y basada en hechos reales), tiene entre sus mejores bazas la colaboración del siempre polémico Emir Kusturika, que otorga a su personaje ciertos toques de soñador y apasionado haciendo sombra de principio a fin a Guillaume Canet, que interpreta al maltrecho ingeniero que tuvo en sus manos la documentación que cambió la posición del bloque soviético y que produjo por ejemplo, la caída del muro de Berlín.




Al margen de la reflexión y la moralina final (ambas más que aceptables) la cinta no cae en la exageración ni la extravagancia casposa para recrear los ochenta y traza con acierto y precisión la vida de los dos personajes principales para poder comprender mejor sus decisiones y las consecuencias de sus actos. 
No obstante, la poca explotación de los secundarios (incluido la fugaz pero intensa intervención de Willem Dafoe) es más que reprochable.

Guillaume Canet y Emir Kusturika


El Caso Farewell no contiene ni dosis de acción, ni pistolas ni efectos especiales (ni falta que le hace), y demuestra que con sencillez y con un buen guión se pueden hacer películas redondas y de factura que recuerda al espionaje que se rodaba en los sesenta y setenta.
En breve estaremos de regreso y como podéis sospechar, seguiremos en modo vacacional unos días más. Abrazos wasaberos.