Decía Almudena Grandes que la novela erótica había muerto de éxito. Nunca entendió muy bien a qué se refería. Cómo alguien, o un género, podía morir a pesar del triunfo. O a causa del mismo. Muy sencillo. Cuando algo se vuelve mainstream, se pone de moda, o de dominio público, no tiene sentido seguir viviendo de la especificidad, poner puertas al campo.
No entrará en si la fiebre generada por el fenómeno conocido como porno para mamás -la trilogía de las 50 sombras de Grey- merece el calificativo de novela. Erótica. dice. Pero que ha alegrado la vida de cierto empolvado, por el desuso, tálamo conyugal es algo innegable.
La siguiente víctima literaria ha sido la novela negra. En un evento de Las Provincias, Santiago Posteguillo se lo confirmaba. En España, la novela histórica arrasa. En cambio, en Europa aquello de los crímenes es un no parar. Como consecuencia, cierre de pequeñas librerías de género -como Negra y Criminal de Barcelona-. ¿Para qué resistir si hasta en el hipermercado puedes encontrar, dos pasos más allá del mostrador del sushi, el bestseller del momento? Ser súperventas del hiper como triunfo definitivo.
Imagen de la serie "El caso". TVE.
Algo que saben bien ciertos periodistas de raza especializados en lo luctuoso y macabro. ¿Recuerdan El Caso? El periódico de malas noticias por excelencia de su infancia. Despuntó en cuanto a ventas en los 80. Quizá una época en la que éramos diferentes, más cándidos, más ávidos. La historia ha seguido su curso. Y los sucesos han muerto de éxito. Es la sección que no falta en ningún periódico y la que más miradas de curiosidad despierta. Y en la que profesionales serios y capaces luchan con lo peor que nos retrata.
Ahora, TVE resucita a la redacción de El caso. Al menos en la ficción. Como si alguna vez se hubiera ido.