El castillo de Miravet, una fortaleza imponente rodeada por una muralla de 25 metros de altura que parece surgir de las rocas y situada sobre un cerro, domina el curso del Ebro y las tierras de alrededor. Su posición estratégica ha hecho que allí se sucedieran los asentamientos desde la prehistoria y le ha otorgado un papel importante en diferentes conflictos. Todavía hoy se pueden apreciar parte de las estructuras de la fortaleza andalusí sobre la que se levantó el castillo templario, inmediatamente después de la conquista de estas tierras por parte de Ramón Berenguer IV. El castillo se donó a la orden del Temple que lo convirtió en la sede de la provincia templaria de Cataluña y Aragón, durante lo que sería el periodo de mayor poder y esplendor de la historia de Miravet. El final de esta etapa significó también el episodio más dramático de su historia, con un asedio de más de un año, que precedió a la desaparición de la orden del Temple. A pesar de que posteriormente, el castillo fue remodelado para adaptarlo a las exigencias defensivas que comporta la aparición de la artillería, el aspecto y las estructuras que nos han llegado son esencialmente obra de los templarios. Por ello, Miravet se ha convertido en uno de los mejores ejemplos de la arquitectura militar catalana de los siglos XII-XIII. Ubicación geográfica Visita: 10/04/2015Información extraída del Museu d'Història de Catalunya