El cementerio de Montmartre: donde duermen los genios

Como dije en la entrada sobre el cementerio de Montparnasse, París debe ser la ciudad con los cementerios más famosos (y quizás más bellos) de Europa. Son tan conocidos esos sitios que se han vuelto una atracción turística más aunque sin llegar a convertirse en los lugares más visitados de la ciudad… felizmente.
En estos camposantos están enterrados muchos de los grandes genios de las artes y de las ciencias lo cual es motivo suficiente para que muchos se animen a visitarlos pero creo que así no hubiera gente famosa enterrada allí los cementerios parisinos bien se merecerían una visita para ver la belleza de sus esculturas y arquitectura funerarias.

Cementerio de Montparnasse. París - Francia.

En la entrada anterior caminamos por Montmartre y visitamos el cementerio de este popular barrio y prometí escribir una entrada especial sobre el sitio pues hay algunas cosas interesantes que contar. En ese post contaba también que me impresionó mucho el hecho de que cruzara un puente, que no es sino la calle Caulaincourt, sobre el cementerio y que la ensombreciera y afeara un poco. Averiguando he sabido que la idea se la debemos al barón Haussmann quien proyectó esta arteria para dar la vuelta a la colina de Montmartre. Se creó así el primer puente de acero de París. Pero esta iniciativa no dejaría de levantar polvareda y hubo acalorados debates en el Senado francés por este hecho. Al final se impuso el acero de la practicidad. El resulto lo ven ustedes…

Cementerio de Montparnasse. París - Francia.

Tengo entendido que fue en Francia donde, iluminados por las ideas de la razón, los intelectuales y hombres de ciencia de finales del XVIII impulsaron la necesaria idea de trasladar los cementerios hacia las afueras de la ciudad dejando atrás la peligrosa costumbre de enterrar a los muertos en las iglesias situadas intramuros. Así se escogieron lugares como aquel en el que se ubica este cementerio que no era sino una mina que derivó en una especie de vertedero de cadáveres. Hasta que en 1825 se la inaugura apropiadamente como lo que hoy es.
Como todo buen cementerio parisino el lugar está plagado de extraordinarias esculturas muchas de las cuales han sido hechas para reflejar perfectamente una dramática tristeza. Otras tantas son tan irreverentes que encantan pues representan a algunos muertos en posturas que no irradian ningún tipo de congoja. Además, aquí se confirma una vez más aquello que percibí cuando estuve en el cementerio de Montparnasse: da gusto caminar por un sitio así, tan tranquilo, tan pacifico y encantador. Tanta es la serenidad que este lugar es, también, escogido por alguno que otro que viene por aquí a desconectar del apuro que a veces parece impregnarlo todo en la capital francesa.

Cementerio de Montparnasse. París - Francia.

Al haber sido una mina, el de Montmartre es una necrópolis en el que uno asciende y desciende constantemente lo que le da una apariencia caótica y de amontonamiento que, sin embargo, no le resta un ápice de encanto. Entre algunas tumbas había cedros que nosotros vimos casi desnudos, cambiando tímidamente sus ropajes invernales con los primeros brotes pero que en la plenitud de la primavera y del verano deben dar una sombra bonancible con sus copas coloridas.

Cementerio de Montparnasse. París - Francia.

Entre algunas de las tumbas vi a una mujer que limpiaba la oscura tumba del músico BERLIOZ. Su empeño daba frutos: la lápida estaba reluciente y las flores bastante frescas. Pensé por un momento que debería ser una descendiente del artista que seguía con el ritual de mantener el buen recuerdo de tan célebre antepasado. Luego me fui a buscar la tumba del poeta y gran viajero HEINRICH HEINE. Se me hizo muy difícil hallarla, estaba metida entre una multitud de sepulcros. Felizmente apareció la mujer que pensé que era descendiente de Berlioz y me preguntó en francés por la tumba que buscaba le dije que la de Heine y me indicó que se encontraba justo detrás de mí. Vaya ceguera la mía.

Cementerio de Montparnasse. París - Francia.

Aproveché en preguntarle a la mujer si trabajaba en el mantenimiento del cementerio y me dijo que no. Entonces le pregunté si era descendiente de Berlioz y también me dijo que no. ¿Entonces? “Sólo me gusta venir y cuidar las tumbas de algunos de los artistas enterrados aquí”. Vaya, esta mujer debe estar haciendo mucho más que mil instituciones culturales juntas al invertir su tiempo y ganas en cuidar las engalanadas tumbas de los personajes que han construido la historia europea de los últimos tiempos. Fascinante personaje.
Visité también el lugar donde están enterrados ALEJANDRO DUMAS; el pintor DEGAS; el artista (fue tantas cosas que sería muy pobre decirle solo escritor) THÉOPHILE GAUTIER; y la tumba del bailarín ruso VASLAV NIJINSKY del que no sabía nada hasta que hace ya un tiempo leí una de las entradas de su diario y me pareció un ser fascinante, de otro mundo. De hecho era de otro planeta: acabó esquizofrénico, regalando su dinero a los pobres e internado en varios centros para enfermos mentales donde escribió sus diarios.
De él dijo Julio Cortázar: que “descubrió que en el aire hay columpios secretos y escaleras que llevan a la alegría”. La escultura que representa al bailarín parece la de un arlequín meditabundo. Otra curiosidad es la tumba de la cantante francesa, de origen egipcio, DALIDA que fue la primera mujer que recibió 55 discos de oro durante su exitosa carrera. Una lastima que el éxito no le haya dado suficiente felicidad: se mató dejando una frase conmovedora "Pardonnez-moi, la vie m'est insupportable" (Perdónenme, la vida me es insoportable).

Cementerio de Montparnasse. París - Francia.

Espero que las imágenes aquí puestas y las pequeñas historias que te he contado sobre alguno de los personajes que están enterrados en este bello cementerio sirvan para animarte a visitarlo. Ya me contarás. Si deseas ver más fotos de este lugar he colocado algunas más en un álbum que puedes ver aquí. Muchos abrazos.
Pablo