Hace exactamente un año, el Centro de Estudios Murcianos de Opinión Pública (CEMOP) daba a luz su barómetro de otoño de 2020 en el que pronosticaba un notable descenso del PSOE: desde los 17 escaños actuales en la Asamblea Regional hasta los 13 diputados. Aquel trabajo demoscópico señalaba que los socialistas podrían perder hasta 9.000 votos que directamente se irían al PP, mientras de Ciudadanos se esfumarían más 14.000 en la misma dirección. El trabajo de campo detectaba una profunda desmovilización del electorado socialista y naranja, que en mayo de 2019 aupó a unos y otros hasta los 23 escaños en conjunto (17+6), lo que hubiera permitido un Gobierno alternativo al del PP. Al final, ya se sabe, Ciudadanos escogió a los populares como socio preferente, luego vino la torpe y fallida moción de censura, el espectáculo de transfuguismo y, como resultado final, un Ejecutivo de saldo, hecho de retales para mantenerse en el machito.
Este lunes, el CEMOP hará público su barómetro otoñal de 2021, que presentarán a mediodía en la Asamblea Regional sus responsables, Juan José García Escribano e Ismael Crespo, junto al presidente de la cámara legislativa, Alberto Castillo. Puestos a hacer elucubraciones, ya que el contenido final del mismo aún no ha trascendido, todo apunta a que el PP sigue subiendo (20 escaños le daban ya hace un año) y que Vox se mantiene más o menos respecto a aquella prospección (7 diputados le otorgaban entonces), quizá un tanto a la baja, con lo que ambos sumarían una holgada mayoría para gobernar en 2023. Si no en esta encuesta inmediata, para Ciudadanos, el certificado de defunción en la Región está al caer.
Sin embargo hay un dato que no se debe pasar por alto: en el barómetro de 2020, el PP tenía un techo, en cuanto a su base electoral, de algo más de 53%, con lo que, si este dato va en progresión, es muy posible que los populares estén cada vez más cerca de los 23 escaños que les otorgaría una mayoría absoluta y suficiente para revalidar mandato por enésima vez desde 1995. Es verdad que el tema del Mar Menor y el desastre medioambiental pudiera ser el único freno para las ambiciones electorales del PP, pero ya se verá cómo de aquí a entonces aquello se habrá disuelto como el azucarillo en el café a los ojos de sus fieles y devotos votantes. De hecho, el ventilador para repeler responsabilidades y lanzarlas sobre el Gobierno de Pedro Sánchez lleva funcionando desde hace meses; que en eso, en el PP, son unos consumados expertos.
Con todo, uno de los retos del PP de cara a los comicios de mayo de 2023 será intentar prescindir de cualquier tipo de coalición, toda vez que están siendo muy conscientes, y viviendo en sus propias carnes, lo que supone tener que gobernar con gente procedente de Vox, como es el caso de los tres expulsados en su día. Uno de los últimos episodios ha sido el chusco asunto del lenguaje inclusivo en la Administración regional, a iniciativa del portavoz del grupo disidente, el samurái Juan José Liarte. Aunque con matices -este es el precio de caer en semejantes manos-, tuvieron que sacar adelante la propuesta, votándola a favor en la Asamblea tanto los diputados populares como los tránsfugas de Ciudadanos, que estos últimos tienen tragaderas para eso y para lo que venga. A ello hay que añadir el anuncio de la consejera de Educación, Mabel Campuzano, en el sentido de que el lenguaje inclusivo perjudica la comprensión de los alumnos, por lo que apostaba, dijo, por retirarlo de los libros de texto, pasándose la LOMLOE o Ley Celáa por el forro de sus caprichos, claro está.
Este barómetro de otoño del CEMOP saldrá a la luz en víspera de la proclamación de José Vélez como líder unívoco del PSRM-PSOE, algo que llevará a los socialistas que lo respaldan, en esos días y sin dudarlo, a levantar un tanto el ánimo y pensar que aún es posible remontar el vuelo. Lo cierto es que solo resta año y medio hasta las autonómicas y municipales próximas y mucho habría que hacer para motivar a un electorado que se quedó bastante decepcionado, casi con la miel en los labios en 2019 y que luego ha sido testigo de la laxitud con que los socialistas se han desenvuelto en la oposición en todo este tiempo. De manera que, este lunes lo veremos, aún con la cocina propia de ese tipo de encuestas de por medio, el PP sigue imparable de cara a perpetuarse en San Esteban, solo o en compañía de Vox, eso ya se verá, con un candidato, Fernando López Miras, al que algunos en su día minusvaloraron, calificándolo como hizo Santiago Carrillo con el rey emérito en 1975 en el sentido de que sería conocido por Juan Carlos el breve. Pues ya ven, ahí está al que despectivamente llamaron Fer, hecho todo un barón del partido, compareciendo en la prensa, radio y televisión nacionales día sí y día también, feliz y enamorado, consolidándose a marchas forzadas en el sillón de la presidencia de “la mejor tierra del mundo”, cierto que por méritos propios pero también por deméritos ajenos.
[eldiario.esMurcia 14-11-2021]