Hechos:
1) Dicen que si 100 monos u otras criaturas en algún lugar del mundo hacen lo mismo, en otro lugar del mundo, sin que tengan contacto una comunidad con la otra, se repite la acción.
2) La abuela de un amigo decía que la vida es como una frazada corta: no podés taparte la cabeza sin destaparte los pies.
3) Por más que digamos que el vaso está medio lleno o medio vacío, eso no cambia la realidad.
La vida se termina y eso es una verdad indiscutible. A veces es antes, a veces después, pero la cuestión es qué hacemos con ella en el medio, en ese momento efímero en el cual nos toca vivir. ¿Vamos a negarnos jugar? ¿vamos a negarnos crear vida? ¿vamos a negarnos la magia, aunque sea ficticia?
"El centésimo mono" es una obra sobre la muerte y, por eso, está llena de vida. Maravillosamente absurda, como es la vida, y por eso nos hace reír a pesar de estar hablando de la muerte. Me fui del teatro caminando sola y pensé: "y sí... la muerte me va a llegar un día, pero me va a agarrar jugando".
Muy recomendable.