Hola a todos. Me gustaría compartir con vosotros dos experimentos/teorías que cuando las leí me dieron mucho qué pensar. De antemano diré que ambas son polémicas y con multitud de posturas totalmente contrarias acerca de ellas, pero aún así me parece interesante comentarlas y que el lector saque sus propias conclusiones acerca de ambas. Empezaremos con la Teoría del Centésimo Mono.
Fue formulada por Lyall Watson (1939-2008) en el año 1979. Watson fue un científico con conocimientos en diversas áreas, como la antropología y la zoología entre otras muchas y su teoría se basa en un trabajo de campo realizado por investigadores japoneses en los años cincuenta. Estos científicos estudiaron a los monos macacos en la isla Koshima. Durante esta observación (que debo aclarar que en modo alguno perseguía el propósito que después le buscaría Watson) probaron a darle a una hembra una patata dulce cubierta de tierra para ver si se alimentaba con ella, lo cual finalmente hizo tras lavarla en el mar. Esta acción que le permitió comer la patata se la enseñó a otros macacos. Poco a poco fueron aprendiendo un mayor número a lavar las patatas dulces en el mar. Hasta ahí un comportamiento curioso pero que no tiene nada de extraordinario. Lo curioso viene cuando al llegar a un número de monos que aprenden dicha rutina (en teoría 100 monos, por eso se formuló como El Centésimo Mono), este conocimiento aparece en otras partes, alejadas incluso a cientos de kilómetros en otros monos macacos que no han tenido contacto físico con la hembra que inició la acción. Este fenómeno se observó en sitios como el parque de Takasakiyama, muy alejado de la isla Koshima como para que se pudiese explicar dicho comportamiento por la imitación.
Después de dicha teoría es fácil plantearse preguntas como, ¿es posible que si un número determinado de personas cambiamos nuestros pensamientos, aumentando nuestro nivel de conciencia, este hecho pueda afectar al resto de la humanidad? ¿Es esta una prueba de que existe la telepatía?
La realidad es que las pruebas de esta teoría no son tan claras. Para empezar porque no hay pruebas fehacientes de que realmente fuesen 100 monos los que aprendiesen ese hábito. Y para continuar, porque aunque sí es cierto que otros monos alejados de ese lugar aprendieron a lavar sus patatas dulces en el mar antes de comerlas, fue años después de este suceso. Esto quiere decir que científicamente no podemos afirmar que exista una relación inequívoca entre ambos sucesos, así que tendrá que ser el lector el que saque sus propias conclusiones, al igual que con el siguiente experimento: el ADN Fantasma.
Este experimento fue realizado en la década de los noventa por el físico ruso Vladimir Poponin y se desarrolla de la siguiente manera:en un frasco de vidrio tenemos una serie de fotones distribuidos de forma aleatoria, como cabría esperar pues este es su comportamiento habitual. Lo sorprendente viene cuando se introduce en dicho frasco una secuencia de ADN, ya que los fotones se agrupan alrededor de este. Y más extraño aún es el hecho de que al retirar el ADN del frasco, los fotones continúan formando la imagen de este, como si continuase allí. La conclusión que podría esperarse de este experimento: que tenemos efectos sobre el mundo que nos rodea.
Al igual que el experimento anterior, hay mucha controversia sobre dicho resultado dado que faltan artículos científicos sobre el mismo. ¿Es porque arroja unos datos incómodos que la comunidad científica quiere silenciar, o porque no tiene tal base? ¿Es cierto que podemos influir en nuestro entorno de formas que no imaginamos?
Como siempre, os animo a que investiguéis más sobre estos temas, y que al menos, os nazcan preguntas a partir de ellos. Os animo a que si os parece interesante, compartáis este artículo en Redes Sociales y os dejo otros artículos por si os resultan interesantes (podéis encontrar estos y otros en mi perfil): Teoría de Cuerdas y Física Cuántica y La importancia de las emociones en nuestro cerebro. Gracias por leerme.