El cerdo Mangalica

Por Sanchete

Presentación y orígenes de la especie.
El cerdo mangalica es una raza de cerdo doméstico autóctona de Hungría, y al igual que el resto de variantes de este animal su nombre científico es Sus scrofa domestica. Se establecen sus orígenes en los cruces que tuvieron lugar con la ya primitiva raza del tronco mediterráneo Sumadia, al que también pertenece la raza de cerdo ibérico.
Características morfológicas.
La característica principal y más destacable del cerdo mangalica es la posesión de un grueso y tupido manto de pelo, muy similar a la lana, que cubre su cuerpo durante practicamente todo el año, aun que en los meses de calor suele cambiar por unos largas cerdas enredadas, de un color claro y brillante. Sin embargo, la piel de la zona de los ojos y del hocico muestra una pigmentación oscura o practicamente negra, al igual que el color de sus uñas. Cabe destacar que, dependiendo del color de su manto, se pueden distinguir hasta cuatro tipos de cerdo mangalica: el rojo, el negro (actualmente extinguido), el rubio y el golondrino.
Estado actual de la especie.
La población total de esta especie de cerdo quedó drásticamente reducida tras la Segunda Guerra Mundial, habiéndose establecido un censo en 1990 en el cual se notificó que en toda hungría apenas quedaban 200 individuos, motivo por el cual fue declarado en grave peligro de extinción a pesar de que hasta principios del siglo XX se contabilizaban por millones. Sin embargo, una empresa segoviana dedicada a la producción de jamones, llamada Monte Nevado, preocupada ante el cambio genético que estaba provocando en el cerdo blanco un de deteoro de la grasa y mengüando así la calidad del producto, se propuso buscar fuera de España cerdos más grasos que les permitieran mejorar la calidad de sus jamones.
Lo intentaron en países como China y otros territorios del Este, pero fue en Debrecen (cerca de Rumanía) dónde encontró a esta variedad de cerdo totalmente libre por aquellos campos. Decidieron comprar todos los ejemplares que encontraron (un total de 160 individuos) y también una finca dónde empezar a reproducirlos, y al cabo de 15 años tenían ya cerca de 4.500 ejemplares repartidos en tres granjas.
Y esa es la historia del cerdo Mangalica, puede que algunos penséis que no es justo el aprovecharse de una raza para su consumo, pero no son los primeros cerdos que tienen esta finiladidad y yo personalmente, en este caso concreto y sin que sirva de precedente, prefiero pensar que unos españoles salvaron a toda una raza de su extinción.
Abrazos fieros para todos.