- ¿Nunca se siente solo?
- Únicamente cuando estoy rodeado de gente.
Ayer me impresionó este documental sobre el Síndrome de Asperger en La Noche Temática de la 2. Durante mucho tiempo, la ignorancia y los errores de diagnóstico han causado graves perjuicios y un enorme sufrimiento a estas personas. Y no sólo eso: muchos de ellos siguen sufriendo burlas crueles a diario, incluso palizas. Se me ha quedado grabada la voz de una adolescente explicando al borde del llanto cómo le duele la mirada hostil de los otros: estoy harta. Yo no tengo la culpa. Otra comenta yo no sé qué les había hecho a esas chicas, yo no hacía daño a nadie, yo estaba en mi mundo, con mis lápices y mis dibujos... Y un día llegó a clase y encontró su nombre en la pizarra y un "puta" enorme escrito al lado. Otra buscaba las esquinas para esconderse, quería ser invisible para que los demás no la encontraran, para que dejaran de reírse de ella. Llegó a considerarse un monstruo. Me emocioné al ver con cuánto amor la miraba su compañero, también con Síndrome de Asperger. Hoy esa chica es una mujer amada, y una madre feliz.Me pareció muy interesante conocer su perspectiva, ver cómo nos ven a nosotros, a los neurotípicos: incomprensibles, hostiles y también ridículos: a veces, si nos dicen que son autistas o que tienen síndrome de Asperger, empezamos a hablarles muy lento, o a ser exageradamente amables con ellos. En algunos casos los psicólogos culparon a los padres, y algunos de ellos, en especial, a las madres. Señora, déjelo, ya cambiará, hay niños que no hablan hasta los cuatro años, está usted histérica. Durante un tiempo se recomendó alejar a estos niños de sus progenitores para curarlos. No funcionó. Más tarde se ha demostrado que lo más beneficioso para ellos es precisamente lo contrario.
Algunos psicólogos aseguraban a los padres que sus hijos sufrían un retraso muy profundo y que nunca podrían subir en bicicleta, adquirir conocimientos básicos, interactuar con nadie. Años después, a fuerza de tesón y amor incondicional, estos padres no sólo han visto a sus hijos subir en bicicleta, sino que los han visto subiendo a un escenario y tocando al piano piezas complicadísimas con perfección y sin partitura, hablando siete idiomas, aprendiendo mediante técnicas de imitación, enamorándose, siendo genios en su especialidad. Les dijeron que sus hijos nunca podrían. Y no se lo creyeron.
Sus hijos cometieron el peor de los pecados: ser distintos. Y los neurotípicos como tú, como yo, nos construimos como grupo rechazando al que es diferente. Estamos mal hechos. Somos así, unos estúpidos maleducados. Nos angustia tanto que alguien sea distinto que, o bien intentamos desesperadamente que se adapte - él o ella a nosotros, nunca al revés-, con lo cual forzamos a alguien a intentar ser lo que no es, a vivir en una impostura permanente, o bien lo rechazamos, nos reímos, le damos golpes. ¿Por qué nadie me mira raro si voy por la calle con gafas? ¿Qué pasaría si sólo las lleváramos el 5% de la población mundial? ¿Cuántos nos operaríamos los ojos para no parecer diferentes? No todo el mundo identifica miopía con discapacidad visual. Yo lo recuerdo cada vez que me quito las gafas y veo sólo bultos, sombras de colores, perfiles borrosos. Afortunadamente "no se nota" porque somos tantos, porque hasta vemos anuncios en la tele que dicen que es tan chic llevar gafas, que deberíamos tener más de una y combinarla con la ropa... Sí, es muy chic. Pero yo sigo llevando siempre unas gafas de repuesto en el bolso, por si estoy fuera de casa y se me rompen las otras.
Tener una discapacidad, un color de piel determinado, hablar lenguas minoritarias, vivir en una comuna, negarse a comer carne, tener una opción sexual distinta... son características neutras, pero se convierten en un problema si no coinciden con las de la mayoría. No hace mucho, una chica (lesbiana) intentaba convencer a otra (bisexual) de que "en realidad eres lesbiana pero lo que pasa es que no quieres reconocerlo (...) tú lo que tienes es miedo"... y la perla: "tú no eres así, tú eres normal pero no te esfuerzas..." Sólo faltaba que le dijera aquello de "hija, no me lo explico, nosotros no te hemos educado así". Los mismos argumentos utilizados por la mayoría (?) heterosexual para herir a las lesbianas, reutilizados en pleno 2014 por una lesbiana (aquí actuando como el grupo mayoritario, la tribu, lo normal) para herir a una bisexual (la minoritaria, la diferente, la a-normal y por tanto, la incómoda que ha de ser reeducada o expulsada del grupo).
Afortunadamente siempre encuentras gente maravillosa capaz de romper cualquier círculo del odio. Es fantástico tomar un café con alguien y saber que puedes ponerte en sus manos sin miedo; decirle que tienes Síndrome de Asperger o que eres bisexual o que tienes un miedo patológico a los lavabos con monstruos o que escribes novelas y lees muchos libros (sí, también nos miran raro) y que el otro reaccione como si le estuvieras diciendo que tienes unas ganas locas de estrenar el bikini naranja que te compraste el año pasado. O que te sonriera y te dijese que él también lo es, o que también le pasan esas cosas, o que no le pasa nada de eso pero que le da igual o que le parece fantástico. Ojalá todos pudiéramos hacer siempre un outing de lo que nos hace distintos y comprobar que al otro lado nos espera un abrazo cálido y sin palabras.