Cuando ya te has adaptado al espacio y miras al frente puedes estar en dos situaciones :a)los que están en la fila delantera aún no se han sentado o b) los que están en la fila delantera ya están ubicados. Pués bien, hasta que los de esa fila no estén en su lugar correspondiente, no puedes cantar victoria. Es más, en algunos teatros, tienes que tener en cuenta esa fila y las tres que le siguen…
Si se sienta uno de estos chicos altos y espigados , o uno de estos señores que se mantienen erguidos , en posición de firmes, o la señora con el pelo cardado de peluquería a volumetría máxima o la que se ha hecho un moño alto ( viste más), o la chica con el pelo afro (¡cómo me gusta cuando no me tapa la visión!)… Si el que tienes delante , es uno de “ellos” y tiene a otros delante que también son altos o voluminosos, entonces es cuando aparecen los que, aún siendo de altura y volumen normal , se contorsionan a un lado y otro del asiento mientras dura todo el show , obligando a modificar a todo el resto, la posición precaria en la que intentas ver lo-que-sea.
Pero este “lo que sea” es definitorio para que tu estancia en el teatro/cine sea más o menos agradable. Si es cine, el tamaño de la imagen te permite adaptarte a no verlo “perfecto” pero sí, pasable. Un concierto es menos problemático : al fin y al cabo, la música es lo que importa y mejor si atisbas al que la produce, el teatro es una lotería que depende de la visión del espacio del director de la obra. Si siempre está en un mismo plano, si los actores se mueven y desplazan por el escenario… pero… si lo que tienes que ver son los pies, entonces si que es una faena tener que estar reposicionándote cada tres segundos en un asiento, que no suele ser un paradigma de comodidad y anchura.
¿Soluciones? : Reconversión de los viejos locales para aumentar la visibilidad , Elección de locales adecuados al tipo de espectáculo, Elaboración de una lista de peinados con los que no puedes acceder a las localidades de platea ( especialmente sensibles a Marge Simpson), Segmentación de las localidades según altura ( y en las parejas “asimétricas” , manda el más alto) y , finalmente, colocar barras laterales de contención en las butacas, para impedir los movimientos de vaivén.
Esto serían normas “por el bien común”. Nadie se libra ni de sufrir a un chafa-espectáculos, ni de ser uno, en algún momento de la vida.Seguro que tu nuca (tus hombreras, tus cuchicheos al vecino, tu tos , tus palomitas…) ha irritado a alguién, alguna vez.