¡¡¡¡¡¡¡¡AYYYYYYY!!!!!!!! ¡¡¡Qué felicidad más grande!!! Mi cara tiene una sonrisa de oreja a oreja desde que ayer llegó algo que he estado esperando durante muuuuuuuucho tiempo.
¡¡¡MI KITCHENAID!!!
Esto fue amor a primera vista. Desde que vi el aparatico por primera vez supe que algún día (y tras ahorrar durante muuuucho tiempo, porque es cara la jodía) tendría una. Me daba igual el color, el modelo, los extras que llevara... Yo quería una KitchenAid (KA en adelante) y ahora que la tengo no la pienso dejar descansar!!!
Cuando abrí la caja y la vi, tan perfecta, tan blanca, tan brillante pensé "Dios, es que es perfecta". Pesa como un muerto pero vamos, que eso es una minucia! Quién tenga una recordará sin duda el momento en que la puso en marcha por primera vez... ¡Qué espectáculo! ¡Si es que es perfecta! Es tan perfecta que su estreno merecía una receta por todo lo alto, una receta igualmente perfecta y que además, resulta ser lo que más me gusta en este mundo: EL CHEESECAKE (o la tarta de queso, como prefiráis)
Lo pongo con mayúsculas porque éste es sin lugar a dudas el mejor de cuántos he probado (y han sido muchísimos, lo aseguro). Habré hecho por lo menos 20 recetas distintas de tarta de queso, y con ninguna conseguía lo que quería. A mi me gusta que quede alta, cremosa y que a la vista sea consistente, es decir, que no parezca que se está "derritiendo". Desgraciadamente, nunca conseguía lo que quería: unas duras como piedras, otras se desparramaban por la fuente al desmoldar (habiéndolas tenido una noche completa en la nevera).
Mi frustración y descontento crecían y crecían hasta que por fin, encontré una receta que podía ser considerada como casi perfecta (digo casi porque en ese momento no había probado ésta)La descubrí en Londres, en The Hummingbird Bakery, una tienda de cupcakes que tiene varias abiertas por toda la ciudad. ¡Entré solo a mirar, lo prometo! Estaba alucinando con todos los preciosos cupcakes y tartas que tenían en el mostrador cuando de repente lo vi... Ahí estaba, un solitario trozo de tarta de queso que me estaba llamando... ¡Y claro está, no pude ignorarlo! Qué pena que no tengo ninguna foto, pero era bastante parecido a éste, aunque sin la mermelada. Cuando me comí el primer trozo supe que ya jamás podría superar mi adicción a esa tarta, porque me enganché a ella automáticamente. Tanto fue así que acto seguido, me fui a una librería que había cerca y me compré el Cookbook de The Hummingbird Bakery (está en la sección "Recomendaciones" de este blog) donde por supuesto estaba mi preciada receta.
Esa es la que he estado haciendo durante un año entero. Sin embargo, en mi casa no quedaba como la que probé allí. De sabor estaba increíble, pero se quedaba más con textura de flan y yo quería algo firme y cremoso a la vez. Por eso, he introducido algunos cambios en la receta, la cual solo llevaba huevos, queso, azúcar y extracto de vainilla, añadiendo un poco de harina y leche evaporada. Además también le he hecho unas ondas o "swirl" con mermelada, que a mi no me gusta en el cheesecake, pero queda muy bonico como decoración y además, como es para mi padre que es su santo hoy (¡¡FELICIDADES, PAPA!!) pues se la he puesto, porque a él le encanta con ella.
Así que ya no me enrollo más. Voy a abrir una nueva sección en el blog de "trucos" y en el primer post encontraréis cómo hacer un cheesecake perfecto sin rajas y sin quemarse.
¡Ahí va la receta!
NEW YORK CHEESECAKE (EL PERFECTO, ¡SÍ!)
(Receta de My Sweet Cakeland)
Ingredientes para un molde de 23 cm:
Para la base:
- 200 g de galletas digestive (yo las usé de avena, que quedan crujientes)
- 100 g de mantequilla
Para el relleno y la decoración:
- 900 g de queso crema (yo usé Philadelphia) a temperatura ambiente
- 170 g de azúcar- 3 cucharadas de harina- 4 huevos- 75 ml de leche evaporada (también podéis usar nata líquida o creme fraiche)- 2 cucharaditas de vainilla en pasta- Un poco de mermelada de arándanos
Elaboración:
1. Precalentamos el horno a 180º y rociamos el molde con spray desmoldante o úntalo con mantequilla
Para la base:
1. Picamos las galletas hasta que queden como arena mientras derretimos la mantequilla en el microondas.
2. Vertemos la mantequilla fundida sobre las galletas, mezclamos bien y extendemos la pasta sobre la base del molde, distribuyéndola bien para que quede uniforme.
3. Metemos el molde al congelador mientras preparamos el relleno para que se endurezca.
Para el relleno:
1. Batimos el queso (el cual debe estar a temperatura ambiente) con el azúcar a velocidad muy baja y solo hasta que se mezclen completamente.
2. Añadimos los huevos, de uno en uno y batimos muy lentamente y solo hasta integrarlos.
3. Incorporamos la harina tamizada, la leche evaporada y el extracto de vainilla y mezclamos una vez más sin pasarnos para no meterle aire al cheesecake, ya que si no se rajará.
4. Vertemos la mezcla en el molde y alisamos la superficie. Antes de meter al horno, ponemos unas cucharadas de mermelada en el vaso de la batidora y trituramos para que no quede ningún grumo. Con una cuchara, hacemos unas líneas de mermelada sobre el cheesecake y después, con un palillo, hacemos el swirl u onda, haciendo líneas perpendiculares a las anteriores (como si quisiéramos hacer una cuadrícula)
5. Horneamos 15 minutos a 180º y después bajamos la temperatura a 120º y continuamos la cocción unos 60-70 minutos más (yo la tuve 65).
6. Apagamos el horno, dejamos la tarta dentro unos 30 minutos y después la sacamos y la dejamos enfriar por completo sobre la encimera. Cuando esté fría, la metemos al frigo, donde debería estar mínimo 4 horas aunque es mejor que esté toda la noche.
NOTA: Podéis hacerla también al baño maría para que quede aún más cremosa. Yo siempre lo hago, pero esta vez se me olvidó y me acordé cuando ya estaba en el horno jajaja.
Pues ahí la tenéis. Espero que la hagáis y me contéis qué tal.
See you!!