Autor: Steve Hamilton
Año: 2010
Edición: Ediciones Pàmies, Madrid 2012
Premio Edgar mejor novela 2011
«Marcado por la tragedia cuando era un niño, Michael no es un adolescente muy común: lleva más de diez años sin decir una sola palabra, y, además, descubre que tiene un don muy especial: es capaz de abrir cualquier cerradura, cerrojo, combinación o caja fuerte que se proponga. Pero esa habilidad no tardará en llegar a oídos de unos mafiosos que le chantajearán con la vida de Amelia, la chica de la que se ha enamorado, para utilizarle en sus golpes. Se verá envuelto así, sin pretenderlo, en una espiral de violencia que lo convertirá en un artista del robo, un mito. Y la única forma que tendrá de escapar de este infierno será una jugada desesperada en la que arriesgará más que su vida...» (de la contraportada).
En el borrador de esta entrada había calificado el libro con una B. Ahora que me pongo a redactar el comentario, me doy cuenta de que apenas recuerdo de qué iba, aunque puedo decir que está bien y es una lectura entretenida: hay intriga, drama, amorío juvenil, personajes enigmáticos, etc. [Conforme escribía la anterior frase se iba formando una idea en mi cabeza: tengo comprobado que cuando leo un libro en formato electrónico, como en este caso, olvido el contenido más rápidamente, de hecho me cuesta más escribir la reseña; ¿será por que no hay páginas físicas, por que no hay una referencia espacial para las palabras que voy leyendo? A lo mejor esto que digo es una idiotez, pero algo debe haber, porque el hecho, lo de que se me olvidan más fácilmente, lo tengo comprobado].