Las ventajas de que los videojuegos se fabriquen en cartuchos son muchas, la más conocida de ellas es el minúsculo tiempo que tiene que esperar el jugador para que se carguen los datos del juego, ya que es prácticamente inmediato. Otra de esas ventajas es la inclusión de chips especiales que potencian las caractarísticas de la consola hasta donde quieran imaginar sus desarrolladores.
El chip FX es uno de esos chips que se añadieron en su día en algunos cartuchos de Super Nintendo para crear juegos que no podía representar la consola por sí mismos. Fue desarrollado conjuntamente por Argonaut Software y la propia Nintendo y su primer juego fue Star Fox.
El chip usa la tecnología RISC que está pensada para procesar cálculos matemáticos a gran velocidad (en su época) y podía hacer cosas como el scaling de sprites, mapeado de texturas, sombreado por fuentes de luz e incluso rotaciones de sprites y polígonos ayudando en el proceso al procesador central de la Super Nintendo.
Además, el uso del FX permitía que la memoria usada en los cartuchos fuese mucho menor que la de un juego en 2D por lo que podían mostrar escenarios más complejos en mucho menos espacio.
Rápidamente se avanzó en el desarrollo de un nuevo chip FX, (llamado FX2) con el que se duplicaban las cualidades del primero permitiendo juegos aún más impresionante, uno de ellos, Stunt Race un juego de carreras dónde los jugadores podían elegir entre 4 vehículos diferentes para competir por unos circuitos totalmente tridimensionales.