El chocolate y el amor, ¿cuestión de química?

Por Laura Perezábad @Gacetalimento
¿El chocolate es afrodisiaco? ¿Cómo podemos explicar el placer y bienestar que sentimos tras comerlo?
El chocolate tiene reputación como alimento afrodisíaco y capaz de generarnos placer. Cuando nos enamoramos la química del cerebro se pone en marcha, vivimos toda una cascada de activación del sistema nervioso y hormonal: neurotransmisores como la dopamina, norepinefrina y serotonina; ácidos, olores... Pero, ¿qué compuestos son los responsables de que el chocolate participe en la química del amor?
Teobromina
Poco después de ingerir chocolate, parece que experimentamos una activación y sensación placentera en nuestro cuerpo. El compuesto químico al que podríamos atribuir estos efectos es la teobromina, llamada así por el árbol que da el cacao, Teobroma cacao, donde “teobroma” significa alimento de dioses. La teobromina es un estimulante que pertenece a la misma familia que la cafeína. Es además un vasodilatador, reduce la presión arterial y puede estimular ligeramente el miocardio. Las supuestas propiedades afrodisíacas del chocolate podrían relacionarse con este efecto, aunque hay estudios que también atribuyen esta capacidad de “acelerar” nuestro corazón a otros compuestos.
Feniletilamina
Otro alcaloide presente en el chocolate y que refuerza la sensación de bienestar liberando neurotransmisores (dopamina y norepinefrina, los de la química del cerebro si recordáis) es la feniletilamina. Este compuesto químico lo produce de forma natural el cerebro, su liberación con las emociones del enamoramiento hace que participe en la química del amor. La feniletilamina se encuentra en el chocolate en concentraciones relativamente altas pero lo cierto es que la molécula presente en el chocolate, cuando la ingerimos por vía oral, es enseguida degradada por una enzima, la monoamina oxidasa (MAO), por lo que no llegan al cerebro cantidades significativas.
Lo que yo veo más claro es el disfrute que nos produce en la propia boca, en los auténticos amantes del chocolate seguro que se desencadenan sensaciones y modificaciones fisiológicas similares a las del enamoramiento. De esta forma creo que el chocolate activa la propia liberación natural por el cerebro de feniletilamina, y ésta sí que es la responsable de la química del amor, no la ingerida directamente con el chocolate ya que la mayoría es degradada antes de tener la posibilidad de actuar. 
En el amor no hay nada escrito... Tema complejo como veis, pensaba que iba a poder aclarar quién es el verdadero culpable del enamoramiento cuando nos regalan una caja de bombones. Y no me queda más remedio que deciros lo de siempre, que en el amor no hay nada escrito...