Imagen: blogs.periodistadigital.com
No quiero hacer leña del árbol hecho serrín pero es que aún a ese serrín parece que están dispuestos a sacarle más partido. Ese árbol del que hablo lleva el nombre de funcionario, y el serrín que pretenden convertir en un elemento aún más fino desde el ministerio de Administraciones Públicas se producirá dentro de no muy poco con ampliación de la jornada de trabajo y evaluaciones continuas de productividad.
De esta manera, como leemos en el diario El Mundo (www.elmundo.es), la idea del Ejecutivo es, según el ministro responsable Cristobal Montoro, “asimilar muchos elementos” del sector privado para integrarlos en el régimen laboral público. Además de asegurar que estamos en la exigencia máxima, porque nuestros sueldos están pagados con impuestos.
Por lo que eso de entrar en academias para prepararte una oposición y optar a un puesto seguro ya no será tan idílico si continúan con el acoso y derribo de aquel que trabaja para el ciudadano en la administración pública. Así que, ante tantas y tantas medidas, la pregunta es necesaria… ¿qué le ha hecho el funcionario al Gobierno para que le ataque constantemente con tanta provocación? ¿Acaso estos ministros sufrieron algún tipo de vejación administrativa a la hora de tramitar su inclusión en el gobierno y por eso se están vengando? ¿O quizá lo que pretenden es que los funcionarios se unan y dejen de trabajar para así tener excusas y culparles de los males que sufre nuestro país?
Y es curioso que sigan cebándose con estos trabajadores que, como siempre me gusta aclarar, tienen mucha tarea (aunque haya algunos que eludan su responsabilidad dando mala imagen al resto de funcionarios). Estoy seguro que a todos nos ha pasado alguna vez encontrarnos una ventanilla cerrada porque el empleado público está desayunando y ya por eso le ponemos una cruz y significa que desayuna las 8h. Si lo piensa, usted también desayuna y seguro que alguna que otra vez se ausenta de su trabajo para hacerlo.
Lo más curioso es que a los empleados públicos alemanes se les otorgó hace unos meses una subida salarial del 6,3% para los próximos dos años. Mientras que aquí se les recorta el sueldo, se le incrementan las horas y además tendrán que pasar evaluaciones para demostrar que son eficientes en su trabajo. En mi opinión quizá sea más fácil crear un nuevo modelo de empleado público al que poder maltratar y zarandear al gusto, que hacerlo con el que lleva toda la vida porque todos ellos pensarán que no se equivocó San Jerónimo al asegurar que “más vale trabajar en algo, porque así el diablo te encontrará siempre ocupado”.
Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…
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