Este bendito deporte, tan maltratado por la sospecha del dopaje, sufre una tras otra las desgracias que le llegan y se levanta y continúa adelante. Tondo era un buen ciclista en su mejor momento, un muy buen ayudante para los líderes de su equipo que seguramente le echarán de menos. Probablemente el bueno de Xavi, de saber que iba a morir joven, hubiera preferido hacerlo como Weylandt, Casartelli y otros muchos, con el maillot puesto y encima de la bicicleta, y no en uno de esos absurdos y estúpidos accidentes que parece que nunca van a pasarle a uno y al final...
Descansa en paz, CICLISTA.
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