Compañeros y compañeras de IU de distintas federaciones estarán presentes, también, como todos los años.
A los responsables del Ministerio, como todos los años, les traerá sin cuidado la marcha y la oposición ciudadana a esta instalación nuclear, que no hay que olvidarlo, es idéntica a la de Fukushima.
Sin embargo, este año sí hay una novedad, la rentabilidad económica de la central.
En contra de cualquier informe técnico, el Gobierno del PP decidió alargar la vida de Garoña hasta 2019, aunque eso sí, para ello, Nuclenor-dueña de la central- tenía que acometer diversas inversiones para "garantizar" la seguridad en la central.
Por lo visto, Nuclenor ha hecho números y no le sale a cuenta la inversión que tiene que hacer para 9 años más de funcionamiento y ha dejado expirar los plazos para solicitar la prórroga.
Lo que a primera vista es una buena noticia, es decir, garantizar el cierre de Garoña el año 2013, esconde tras de sí, una nueva constatación de que son las empresas las que toman las decisiones y no los gobiernos y por lo tanto, no me apresuraría a brindar todavía por el cierre.
No se va a cerrar Garoña por el peligro que entraña tener una central de estas características.
No se va a cerrar Garoña porque el gobierno ha apostado por las energía renovables.
No se cierra Garoña porque desde instancias públicas se ha garantizado el empleo en la zona, no, se cierra Garoña porque a Nuclenor no le dan los números y conociendo las servidumbres del “Gobierno de España” hacia las grandes empresas energéticas, mi temor es que todo esto no sea más que una táctica empresarial de Nuclenor para ahorrarse parte de los costes de la inversión (vía subvención pública) a cambio de mantener la central 9 años más, siempre con la justificación de mantener el empleo en la zona y seguir generando energía.
Así pues, aunque no me gusta ser agorero, no lancemos aún las campanas al vuelo, y que nadie recicle las pancartas, que a lo peor, el año que viene hay que volver a usarlas.